Actualidad

Conoce y protege las áreas silvestres de Antofagasta

Fecha: 25 julio, 2022

Conoce y protege las áreas silvestres de Antofagasta

La región cuenta con seis áreas silvestres a cargo de Conaf, patrimonio natural invaluable con especies endémicas y paisajes únicos.

Antofagasta es un territorio lleno de riquezas, tanto científicas como geográficas, ambientales y de generación energética, donde existen una flora y fauna de una belleza abismante, una dicotomía entre la soledad del desierto y la convivencia de los seres que allí habitan.

La región cuenta con seis áreas silvestres oficialmente protegidas y preservadas por Conaf, que realiza un arduo trabajo de educación social, habilitación y mantención de senderos y vigilia de la flora y fauna que allí convive: Reserva Nacional Los Flamencos, Parque Nacional Llullaillaco, Monumento Natural La Portada, Monumento Natural Paposo Norte, Reserva Nacional La Chimba y Parque Nacional Morro Moreno. A estas se suma el Parque Nacional Pan de Azúcar, administrado por la región de Atacama.

Una de las principales características de Chile es la amplitud de ecosistemas y biodiversidad. Dentro de ellos se encuentra una alta cantidad de zonas de interés y conservación, tanto a nivel nacional, como internacional. En razón de asegurar su preservación se han determinado ciertos mecanismos que permiten la creación y manejo de estas áreas denominadas protegidas. En la actualidad, la Fundación Parque Científico Tecnológico (FPCT) de la Universidad Católica del Norte (UCN), en conjunto con Antofagasta Minerals y Conaf, se han unido en el proyecto denominado “Alianza por la Biodiversidad”, cuyo propósito es concientizar sobre la importancia de cuidar y proteger las áreas silvestres de la región.

Sobre esta iniciativa comentó Felipe González Soza, jefe del Departamento de Áreas silvestres protegidas de Conaf región de Antofagasta.

-Háblenos un poco de las áreas silvestres de la región, ¿Cuáles son sus principales características y por qué son distintas a las de otros lugares de Chile?

Estos son ambientes propios y únicos. Por ejemplo, en el borde costero tenemos una flora que solo se da aquí, por efectos de la camanchaca y el contacto del agua con la cordillera de la Costa. Por eso damos énfasis a proteger las especies en la península de Mejillones y Taltal, que es donde tenemos la mayor presencia de flora. Y con ello, la fauna asociada es muy frágil, tal como la fauna marina costera. Entre ellos podemos observar a los pingüinos de Humboldt y otras especies de importancia, tales como los guanacos, reptiles o las comunidades de artrópodos.

Hacia el área andina, los objetos de conservación están más apuntados a los cuerpos de agua, a los salares y las lagunas altiplánicas, donde ahí reside otra fauna que es más vinculada al proceso migratorio, como por ejemplo el flamenco y las vicuñas, entre otras especies.

En el norte tenemos el desafío de proteger ambientes para especies o corredores biológicos, áreas de alimentación o descanso, como los salares y lagunas. Nuestras áreas silvestres son distintas a otros paisajes del resto del país, como una formación de bosque que es más característico de lo que conocemos como área protegida. En nuestro caso, tenemos organismos extremos, vamos bajando la escala por efecto de la camanchaca. Así, vamos encontrando más comunidades ecosistémicas que son únicas en nuestros lugares y que están en problemas de conservación.

DESAFÍOS

-¿Cuáles son los principales desafíos para lograr que estos lugares sean respetados por los visitantes?

Necesitamos fortalecer la infraestructura, el equipamiento, el personal, poder seguir dotando nuestras áreas de administración permanente, con presencia de guardaparques. También tenemos el desafío de articular la protección y conservación de los recursos naturales en la comunidad. Que las personas de la región de Antofagasta puedan entender y valorar los ecosistemas costeros y desérticos, que son diferentes a los bosques.

A su vez, seguir articulándonos con los municipios y otros organismos públicos para una mayor fiscalización y un fuerte rol educativo, que permita que las personas se sensibilicen con la flora y fauna con la cual interactuamos.

-¿Cuál es la importancia de estos lugares para nuestro ecosistema e historia?

Históricamente nuestro ecosistema tiene un gran nivel de importancia, pensemos que en el borde costero nosotros protegemos los acantilados, los cuales tienen guano y han estado ligados a gran parte de la historia local, o manantiales que surtían de agua potable a las personas de hace cientos o miles de años. En el área costera de Paposo siempre ha habido una ganadería que está vinculado a la historia del taltalino.

En la parte andina, gran parte de los objetos de conservación son, por ejemplo, el flamenco, la vicuña, el suri, la tagua; las plumas o los huevos tienen connotaciones ancestrales. Gran parte de estos elementos tienen una historia del pasar antiguo y la cosmovisión de los pueblos originarios del norte de Chile.

Estos ecosistemas siempre han estado relacionados con nuestra historia local, pasado, presente y futuro. Hemos visto que especies que viven en estos ambientes extremos nos pueden hacer entender temas de salud, aprender de ellos que viven en estos ambientes para imaginarnos cómo fue el origen de la vida, cómo sobrevivir un viaje de muchos años, las misiones espaciales, de cómo el cuerpo humano podría tomar alguna propiedad de estos organismos y adoptarla como remedio. Así como la flora andina, que ancestralmente ha sido vital para la salud de los habitantes de estos sectores.

No hay comentarios

Comenta tu también