El Dr. Jorge Hirsch es especialista en temas relacionados al autismo, el neurodesarrollo, neurobiología, el desarrollo humano y las neurociencias. Es profesor titular de Neuropatología en la Universidad Católica de Cuyo, Argentina, es director de CERINI (Centro de Rehabilitación Integral Neurológica Infantil en San Juan) y director del Buró de Neurociencias Cognitivas CIFAL ONU.
En el marco del tercer aniversario de la Escuela de Educación de la UCN y el Cuarto Coloquio de Investigación, se realizó el Seminario “El neurodesarrollo y sus trastornos”, donde el Dr. Hirsch expuso diversos casos relacionados al autismo y trastornos de desarrollo del lenguaje, invitando a reflexionar sobre los avances y desafíos de la neurociencia. Además de dar a los asistentes, entre ellos docentes y estudiantes de pedagogía, recomendaciones para manejar estos casos.
¿Cómo ha avanzado la investigación del neurodesarrollo los últimos años?
Hay varios aspectos. En el terapéutico hemos avanzado bastante, en cuanto a técnicas cognitivas y conductuales. Y en el aspecto biológico, se ha avanzado mucho en la capacidad de discriminar los distintos tipos y formas. Esto engloba lo que se llama neuropsicología clínica. Además de entender, por ejemplo, el trastorno de desarrollo del lenguaje, porque lo entendemos mejor que hace 10 años. El autismo también lo entendemos un poco mejor, sin embargo, en mi opinión, hay niños que no tienen autismo y están clasificados como tal. Pero estamos en un proceso de aprendizaje.
En el caso del hogar, ¿Qué medidas deben tomarse?
Los padres deberían empezar a dejar de pensar que solo deben llevarlos a los centros de rehabilitación. Tienen que pensar que el 40% representa la escuela, el 20% la parte terapéutica, y el otro 40%, e incluso más, el hogar. Si en el hogar no se hace nada, todo lo demás fracasa. Ahora, si en la casa se hace mucho, el niño no va a fracasar ni en terapia, ni en la escuela. La casa es el pilar.
¿Qué desafíos enfrenta ahora la neurociencia y el neurodesarrollo?
Entender el autismo principalmente, porque aún no lo entendemos bien. Mi pensamiento es que hay muchos niños que no tienen autismo. La neurociencia se ilusionó mucho porque creyó que iba a encontrar el gen candidato del autismo, no lo encontró porque no es un gen y puede estar asociado a más de uno. De hecho, viene toda una movida sobre el intestino, la microbiota intestinal y las repercusiones en el cerebro. Así que ahora estamos entendiendo muchas cosas, yo creo que el desafío es poder clarificar qué niños pueden estar dentro del espectro y qué niños no.
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