Actualidad

“Las pedagogías pueden ser una oportunidad real para pensar en la sociedad que queremos construir”

Fecha: 2 septiembre, 2021

“Las pedagogías pueden ser una oportunidad real para pensar en la sociedad que queremos construir”

Para el año 2025, se proyecta un déficit de 26 mil profesores en el país, ya que la matrícula entre los años 2018 y 2021 cayó un 35%, realidad plasmada en un estudio realizado por el Observatorio Docente del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, que fue citado por el medio Theclinic.cl.

Ante estos números, las académicas en Pedagogía en Filosofía y Religión Departamento de Teología de la Universidad Católica del Norte (UCN) Sede Coquimbo, Dra. Pabla Rivera Iribarren y Dra. Paulina Veas García fueron consultadas respecto de la situación que enfrentan las carreras de Pedagogía en la actualidad.

Con la pandemia quedó en evidencia la necesidad de actualizarse a los tiempos, especialmente en el área educativa. ¿Qué hace falta para que las carreras de pedagogía vuelvan a resultar atractivas para los jóvenes?

“La situación sanitaria que se vive a nivel global, la crisis social, ambiental, política y cultural son las manifestaciones de las necesidades y demandas de la sociedad. Estamos viviendo una crisis que nos sitúa en un punto crucial para emprender nuevos rumbos, pues no hay vuelta atrás.

Esos desafíos pueden abordarse desde la educación si superamos el enfoque técnico de los procesos escolares. Las pedagogías pueden ser promotoras del cambio si nos permitimos soñar la educación desde nuevos paradigmas, si los jóvenes ven la pedagogía como un compromiso ético y político con su comunidad, la sociedad y el planeta.

Ahí está la clave que puede volver atractiva las pedagogías; los jóvenes pueden encontrar en el proceso formativo una oportunidad real para pensar en la sociedad que queremos construir. Eso es lo que hace falta para que las carreras pedagógicas vuelvan a ser atractivas”.

¿Cómo pasar de un sistema educativo tradicional a uno que beneficie, tanto a los alumnos en su aprendizaje, como a los profesionales en el contexto actual?

“La pandemia ha obligado a las y los docentes a replantear su enseñanza. Los hemos escuchado permanentemente diciendo que no tenían los conocimientos ni las habilidades para hacer frente a una enseñanza fuera del aula. Ellos han hecho grandes esfuerzos y eso debe reconocerse, sin embargo, pareciera esto no ha dado los frutos que esperaban.

Desde nuestra perspectiva esto sucede porque los esfuerzos van en la misma línea, transmisión de contenidos. Obviamente, se vuelve tremendamente difícil si tenemos dificultades de conexión, estudiantes desmotivados, agobiados por los trabajos y tareas, emocionalmente inestables, familias estresadas que deben hacer frente a sus propias dificultades laborales.

Entonces, es tiempo de transitar, de verdad, de un currículum centrado en el contenido a uno centrado en las habilidades. Es un momento propicio para priorizar el desarrollo de capacidades no sólo cognitivas sino humanas; fortalecer el trabajo colaborativo, implementar la metodología de proyectos, por ejemplo, favorecer el trabajo interdisciplinario entre los docentes, conformar grupos de trabajo heterogéneos entre los estudiantes, en fin, romper con lo que por décadas sino siglos se ha venido haciendo en la escuela.

“Una de las áreas más afectadas fue la educación”

¿Cuáles fueron las principales problemáticas que los docentes tuvieron que sortear en medio de la contingencia sanitaria y cómo se adaptaron a la virtualidad?

“Esta pandemia que llegó de manera tan abrupta, que nos ha desafiado a pensar y pensarnos como seres humanos, y sin duda ha traspasado todos los ámbitos de la sociedad, siendo una de las más afectadas la educación y en todos sus niveles educativos. Ha habido aprendizajes, pero luego de sortear múltiples problemáticas.

Esta situación ha dejado en evidencia las desigualdades sociales y desde esa perspectiva nos conmina a tener presente la comprensión y convicción de la educación desde un enfoque de derechos. Estamos hablando de un derecho básico fundamental y por tanto las condiciones deben permitir el acceso, la participación y el aprendizaje de todos y todas. Lamentablemente, aún luego de casi dos años de pandemia, existen estudiantes sin condiciones óptimas para acceder al aprendizaje por la falta de cobertura tecnológica.

Respecto a los docentes, se nos desafió a aprender el uso de diversas plataformas y recursos tecnológicos para el desarrollo de las clases. Si bien se destaca el compromiso y entrega para rápidamente actualizarse y ampliar las herramientas, nuevas estrategias didácticas y metodológicas, aún persiste en ocasiones el enfoque paradigmático tradicional, que centra la enseñanza en contenidos, lo que por supuesto es imposible de equiparar con una modalidad presencial”.

La necesidad del cambio de paradigma

¿Se han visto cambios sustanciales con la Ley de Carrera Docente? ¿Es suficiente para mejorar las condiciones de la profesión?

“En el contexto de la Ley de Carrera Docente, algunos de los cambios sustantivos han sido que la formación inicial se realiza sólo en universidades, que los programas de formación son acreditados obligatoriamente y que las condiciones de ingreso a los postulantes son más exigentes. Esto sin duda ha sido relevante ya que implica que las propuestas formativas deben garantizar la calidad acorde a los criterios e indicadores establecidos a nivel país, entre otros elementos.

Al mismo tiempo las pruebas obligatorias, ya sea de diagnóstico, de evaluación intermedia y la prueba nacional diagnóstica antes de la titulación, permite orientar la formación hacia estándares de calidad. La contraparte de estas exigencias es el riesgo de centrarse en estos elementos como foco principal y perder el sello distintivo de las ofertas formativas.

Otros elementos destacables son el aumento en las remuneraciones y los encasillamientos. Si bien ambos aspectos han sido un aporte, son insuficientes para garantizar las condiciones óptimas, para el desarrollo profesional y para cambiar la valoración social de la profesión”.

¿Qué rol juegan las instituciones de educación superior en este escenario?

“Los desafíos para las universidades son relevantes. Las propuestas deben ser de calidad y estar en permanente monitoreo y evaluación. Implica una estrecha vinculación con los centros educativos escolares, así también los exigentes procesos de acreditación demandan un trabajo sistemático permanente y así evidenciar el trabajo que se desarrolla. Aparte de las exigencias, este proceso implica una buena oportunidad para seguir en permanente investigación y actualización de parte de los formadores, para proponer modelos que respondan a los requerimientos sociales, culturales, políticos, tecnológicos y éticos para los tiempos que estamos viviendo.

La perspectiva holística, que integre una formación sensible con nuestro entorno, que potencie el respeto y valoración por las diferencias y que incorpore las habilidades investigativas para escenarios educativos concretos y situados. En ese sentido, nuestra universidad tiene un compromiso con la formación de profesionales de la educación que aporten a la transformación del paradigma escolarizante, por un paradigma crítico, situado, comprometido con el aprendizaje de todos los niños, niñas y jóvenes, comprometido con la sociedad. Aquí tenemos un importante desafío como institución y en la formación de profesionales de la educación”.

¿Cuáles son las tendencias implementadas en países con modelos educativos que podrían ser un referente para Chile, y donde la profesión es altamente valorada?

Es compartido a nivel internacional, el reto de mejorar la formación docente inicial y también continua y permanente, como uno de los elementos centrales para la mejora de la calidad y de los resultados de los aprendizajes de los y las estudiantes de todos los niveles escolares.

Si bien, ha habido importantes esfuerzos en implementaciones, inyección de recursos para perfeccionamientos e innovaciones, existe una tendencia en mantener un modelo más bien tradicional, lo cual no ha generado impactos significativos.

A nivel internacional destacan algunos casos de propuestas formativas, como lo detalla el informe realizado por el Instituto Nacional de Formación Docente, perteneciente a la Secretaría de Innovación del Ministerio de Educación de Argentina en el año 2018. El estudio muestra que entre los modelos destacados se encuentran; Australia, Corea del Sur, Cuba, Finlandia, Inglaterra, Provincia de Ontario, Singapur. Estos pueden ser un referente importante para Chile, ya que son ejemplos coinciden en los resultados educativos positivos y éstos se atribuyen a la formación inicial como un elemento crucial y clave.

“Las características de la formación inicial de los profesores compartidas por estos países se originan en la gran valoración social de la educación y de los docentes, la atención a consideraciones prácticas o del oficio, la preocupación simultánea por aspectos disciplinarios y prácticos y la vinculación con el sistema escolar”, según indica el citado documento.

Este análisis comparado nos permite aproximarnos a cómo lo están enfrentando otros países; en algunos podemos estar de acuerdo, en otros no, sobre todo en aquellos que privilegian la competición por sobre la colaboración. Sin embargo, conocerlos nos ayuda a repensar nuestro propio modelo educativo chileno. No es posible transferir, a modo de copia, por las características particulares de las naciones, sean éstas políticas, culturas, sociales y económicas, pero nos ayuda a ampliar la perspectiva”.

No hay comentarios

Comenta tu también