Mural de la UCN postulado para integrar Patrimonio Cultural del Mundo

“La Medicina de Indoamérica al Tercer Milenio” se titula la obra, realizada por el artista Daniel Palominos.

La Bureau Internacional de Capitales Culturales y la Municipalidad de Valdivia están desarrollando una campaña de elección ciudadana y promoción de 10 Pinturas Universales en Chile, en el marco de la Capital Americana de la Cultura Valdivia 2016, con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

En esta votación, la Región de Coquimbo está representada por 5 obras, 4 de ellas correspondientes a la ciudad de La Serena, y una de Coquimbo, ubicada en el edificio fundacional de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte.

La obra consiste en un mural de gran formato, titulado “La Medicina de Indoamérica al Tercer Milenio”, y realizado por el artista Daniel Palominos.

La votación se realiza a través del sitio de Capital Americana de la Cultura, donde el elector encuentra detallada información de todas las pinturas candidatas y, también, las indicaciones necesarias para emitir su voto.

Al final del proceso de votación, las obras elegidas se incorporarán a la Lista Representativa de los Tesoros del Patrimonio Cultural del Mundo, del Bureau Internacional de Capitales Culturales. Cabe mencionar que, en el ámbito de la pintura universal, México y la ciudad de Barcelona ya han inscrito sus pinturas más representativas.

El detalle de las obras regionales postuladas es el siguiente:

1. Mural Historia de La Serena de Gregorio de La Fuente, ubicada en la ex Estación de trenes de La Serena.

2. Vista de la Serena de Juan Francisco González – Museo Gabriel González.

3. Mural en arcilla Niño de la Fuente de Samuel Román – Escuela de Arquitectura Universidad de La Serena.

4. Mural de cerámica en relieve Medicina de Indoamérica al tercer Milenio de Daniel Palominos – Facultad de Medicina, Universidad Católica del Norte, sede Coquimbo.

5. Mural en Cerámica de Rafael Paredes – Cementerio Municipal de La Serena.

Descripción del mural, en palabras del artista Daniel Palominos 

El relieve mural cerámico  “La Medicina de Indoamérica al Tercer Milenio” está modelado y pintado con materiales de la región, la arcilla proviene de la ladera de los cerros de la región, como lo son también los engobes u óxidos metálicos que dan colorido a la obra cerámica. Posterior a la quema la pieza se somete a la flama de la materia orgánica, sea esta guano de animal, cartón, etc. que es la técnica del ahumado, la que le proporciona tonos y matices dándole riqueza cromática a la obra.

Estas dos técnicas el pintado con engobe y el ahumado son conocimientos rescatados de nuestros ancestros diaguitas y molle. Con estas técnicas prehispánicas Daniel Palominos Ramos, Profesor de Arte Ceramista, Escultor y Muralista, docente de la Universidad de La Serena… La obra representa una figura metálica central, que la conforma un microscopio y piezas mecánicas ocupando un lugar destacado en la composición.

Representa el avance científico y tecnológico, es una máquina robótica, que va tomando vida propia, y que podría superar al hombre.

Hacia abajo se transforma en un quirófano, donde se practica una operación, en donde la asistencia médica, esta reforzada por la asistencia espiritual, este segmento de la composición esta enmarcado en una forma piramidal, señalando que la práctica de la medicina se desarrolla en este templo, donde se acrisola la ciencia y la fe en beneficio del hombre.

A la izquierda el aula de la enseñanza, en donde Hipócrates sienta las bases de la difusión, del saber y del conocimiento de la medicina occidental, actividad central de este centro de estudios.

Sobre este segmento está el genoma humano, enmarcado por dos poderosas barras verticales, quedando éste custodiado en una oquedad protegiéndose de la manipulación del hombre.
A los costados, virus, microbios y patologías que se presentan en las células y en los órganos del ser humano, se puede ver la relación estática de la célula enquistada, el virus del sida, la anomalía ocular, los fagocitos, los macrófagos etc.

Sobre esta escena, el científico investigador, con sus frascos de experimentos, libros y la serpiente, símbolo, tanto de la medicina encargada de superar éstos desafíos en beneficios de la raza humana.

Luego, el médico ya profesional aplicando todos los conocimientos adquiridos durante su carrera para beneficio de la población asistiendo a los enfermos. En la esquina inferior derecha, la presencia prehispánica, con la imagen de una sepultura enmarcada con la pirca, típica técnica de construcción del hombre andino, la figura humana lleva una vasija de barro, con alimentos para el sustento que necesitará en la otra vida, allí a su lado está el Peyote,

Cactus alucinógeno, sustancias que están presente en nuestras culturas ancestrales, el sol representa las deidades de nuestros antepasados.

El ciclo lunar medida de tiempo, que también representa el nacer, crecer, desarrollarse y morir. El Chaman con su atuendo propio para la danza ritual, con su tocado, brazalete y pectoral, portando en una mano la rama del canelo, que espanta los malos espíritus y en la otra la llama de la sabiduría.

El médico curandero, asistiendo a un enfermo hace uso de las yerbas medicinales y las infusiones que elabora representando la medicina tradicional, donde hay más de rito y fe que ciencia.

El segmento de los vegetales, el trigo, la cebolla, la caña, las raíces, las papas, las yerbas medicinales, están representadas allí entre el hombre prehispánico y el médico curandero de hoy, heredero de la sabiduría tradicional legada por nuestros ancestros.

Luego el mar, los peces, imagen poderosa del paisaje coquimbano y de la misma universidad, allí en el borde del mar el santuario natural y privilegio del puerto, “La isla de los Lobos” con la luna, compañera nocturna de los pescadores.

Al otro costado, los caseríos de la Parte Alta, imagen imborrable para los visitantes, en una puesta de sol justamente detrás de este asentamiento humano, en donde muere el astro rey.
El lugar de más privilegio, lo ocupa quien le da el nombre a la facultad, el Arcángel Rafael, que con sus alas protege, con el pescado sana y con el pañuelo limpia, así le restaura la vista al ciego, consagrándose como el patrono de los médicos.

La Cruz del Tercer Milenio, obra de arquitectura moderna, faro espiritual de la región, eleva al cielo su mástil central, señalando a la divinidad y la cruceta horizontal nos muestra los problemas y desafíos terrenales y se yergue allí sobre la tumba de nuestros ancestros, entre el mar y el universo.