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Proliferación de algas por contaminación humana afecta a corales profundos de Rapa Nui

Fecha: 7 febrero, 2022

Proliferación de algas por contaminación humana afecta a corales profundos de Rapa Nui

Fuente: El Mercurio, Chile  6 de febrero de 2022

La presencia de nutrientes debido a la filtración de aguas servidas ha aumentado la cantidad de cianobacterias. Estas han cubierto los arrecifes y están acabando con la vida en ellos.

La biodiversidad de peces e invertebrados de las aguas de Rapa Nui está enfrentando una amenaza que hasta ahora no había sido identificada. Se trata de la proliferación de algas, en especial las que se conocen como cianobacterias o algas verdes, a una profundidad de unos 50 a 90 metros en torno a la isla, y que en algunos sectores -como frente al poblado de Hanga Roa- han prácticamente conquistado las superficies de coral, desplazando otras formas de vida.

El problema quedó en evidencia gracias a los monitoreos con robot submarino (ROV) que ha realizado el Centro de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (Esmoi, por su sigla en inglés). “Lo que hemos visto de estos corales es que hay arrecifes muy grandes alrededor de la isla, pero que están en distintos estados de conservación. Hay algunos que se ven muy bonitos y hay otros que están totalmente muertos”, dice el biólogo del Esmoi, Javier Sellanes, quien además es académico de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte.

El investigador precisa que estos no son los corales típicos que se ven al bucear en Rapa Nui. En la misma isla no se sabe mucho de ellos, porque están más profundo que la zona a la que llegan los buzos. Estos corales, que pertenecen al género Leptoseris , están en un área donde la luz todavía llega, pero es mucho más tenue. Se les conoce también como corales lechuga y tienen una superficie más plana que otros corales justamente para maximizar la captación de luz.

Pese a la profundidad a la que viven estos corales, es donde habita el mayor número de especies de peces, pequeños moluscos y crustáceos. Por eso preocupa su situación, ya que sin los arrecifes pierden hogar y alimento.

Es difícil saber desde cuándo ocurre esto, reconoce Sellanes, porque recién en la década pasada comenzaron a monitorear el área. “Como casi no hay antecedentes previos, no podemos saber cómo estaban esos mismos corales hace unos 40 años”, dice. La única excepción fue cuando Matthias Gorny, biólogo de Oceana, lanzó en el año 2000 una cámara submarina a 90 metros de profundidad y entonces los corales se veían sanos. Gorny es también quien ha piloteado el ROV en los monitoreos recientes.

Sellanes explica que las aguas de Rapa Nui son de origen muy cristalino, ya que, por ser una isla volcánica, hay muy pocos nutrientes presentes en forma natural en el mar. Pero el ecosistema está recibiendo una creciente alteración debido al aumento de la presencia humana. La proliferación de algas estaría relacionada con ello.

Especie oportunista

“Si a un lugar donde hay muy pocos nutrientes se le agrega una pequeña carga de ellos, puede producirse un desbalance muy grande en el ecosistema. Y eso es lo que pensamos nosotros que está ocurriendo frente a Hanga Roa. Allá no hay un sistema de saneamiento. Todas las casas tienen fosas sépticas o pozos, por lo que todas las aguas servidas, cargadas de nutrientes, van a la misma tierra. Como es una isla volcánica, el suelo es poroso, por lo que finalmente esos nutrientes terminan siendo descargados en las profundidades y los aprovechan las algas.

Las cianobacterias están naturalmente en todas partes desde el inicio de la vida, de hecho se les considera entre sus precursoras. El problema es que son especies que cuando hay algún cambio en las condiciones ambientales favorable a ellas, por ejemplo, el aumento de nutrientes en el agua, prosperan muy rápido, dice el biólogo del Esmoi.

El problema no es solo de Chile. También está presentándose en otras islas del Pacífico como Tahiti. Lo clave, dice, sería implementar un sistema de recolección y tratamiento de aguas servidas, que evite la llegada de los nutrientes al mar.

El investigador cuenta que presentaron un proyecto Fondecyt para continuar estudiando el entorno de la isla, pero lamentablemente no se lo adjudicaron. “Hoy solo hemos analizado unos puntos en el lado norte y en el sur, pero no sabemos la real extensión de la amenaza”.

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