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Psicóloga resalta intervención emocional en un escenario de crisis

Fecha: 8 abril, 2015

Psicóloga resalta intervención emocional en un escenario de crisis

Dra. Mariana Bargsted enfatizó la importancia de tener un equipo de profesionales que actúe con los afectados por una catástrofe.

Chile no cuenta con equipos de emergencia psicológica, aunque sí existen protocolos definidos para actuar en una situación de gran magnitud, como las fuertes lluvias y aluviones ocurridos recientemente en el norte de Chile. Este escenario sí está bien regulado en otros países, donde cada vez que ocurre un evento de similares características se cuenta con un equipo de especialistas para trabajar con las personas afectadas.

La psicóloga Dra. Mariana Bargsted, Decana de la Facultad de Humanidades de nuestra Universidad, realizó una investigación en la cual diseñó un procedimiento para enfrentar una crisis desde la perspectiva emocional. “Cuando se genera una crisis social, asociada a un evento que provoca una fractura de la cotidianidad, se genera una serie de trastornos según las circunstancias”, indicó la Doctora en Psicología Social, agregando que cuando se trata de la naturaleza, los seres humanos utilizamos ciertos mecanismos para adaptarnos a la realidad.

CRISIS

La crisis se genera de una manera abrupta cuando se trata de un desastre natural. “Las catástrofes no se pueden predecir, pero sí pasan con cierta frecuencia, y es en el marco de esa frecuencia donde las personas no desarrollamos mecanismos efectivos de afrontamiento de tareas o para resolver el problema”, expresó.

Nuestro mecanismo de defensa consiste en olvidar que esto va a volver, enfatizó la decana. “Somos buenos para evacuar colectivamente hacia las zonas seguras, vamos aprendiendo, pero no tenemos mecanismos de previsión, entonces el próximo evento nos pilla de sorpresa y mal parados, lo que dificulta el afrontamiento”.

Durante las últimas precipitaciones surgió una situación que exacerbó aún más la ansiedad inicial: la falta de comunicación. El problema generado en el sistema de telecomunicaciones provocó que todo el norte se quedara desconectado, escenario que también originó una violenta ruptura de la cotidianidad, lo que generó angustia por no saber qué estaba pasando, o para dimensionar la gravedad de los hechos.

REACCIONES

Asimismo, Mariana Bargsted se refirió a las reacciones naturales que tienen las personas ante un evento de estas dimensiones. Lo primero, indicó, es una reacción de shock. “Está la emergencia ocurriendo y hay que reaccionar, entonces hay personas que hacen expresiones de angustia más críticas y otras que solucionan problemas”.

Según la experta, alrededor del 25% de la población experimenta ataques de histeria o angustia severa, mientras otro 25% va en ayuda de las personas afectadas, “y el resto atinamos medianamente”, según indicó. “Los aluviones son de los fenómenos más duros, porque son más lentos y, por ende, es más complejo reestablecer la vida cotidiana y eso determina que el fenómeno emocional sea mucho más largo”. Del mismo modo, indicó que esta situación gatilla conductas de acaparamiento, que cada vez son más frecuentes y preocupantes. Acciones que explican la forma desenfrenada en que muchas personas desabastecieron los supermercados.

AFECTADOS

“Creo que lo que ocurre en Taltal o Copiapó es lo que pasa en un desastre complejo. Ahí vamos a encontrar muchos problemas emocionales, poblaciones que no están comunicadas. Además, el no tener cifras oficiales sobre los decesos y desaparecidos está generando mucha conmoción”, comentó. Para las personas que están en el lugar -añadió- la reacción inicial fue de ponerse en reguardo con mucha ansiedad y una vez que lo primero pasa hay una reacción de shock. Esta empieza a disminuir y las reacciones emocionales son asociadas al desamparo, siendo este un fenómeno colectivo que necesita fundamentalmente apoyo social.

“Si ese apoyo social no es efectivo y afectivo, va a marcar el cómo va a ser la reacción de desamparo, que siempre termina convirtiéndose en indignación”, enfatizó.

INTERVENCIÓN

“Hay distintos niveles de intervención, cuando la gente está ‘paleando’, hay que dejarla, no hay que sacarla del lugar, es muy importante el tema del desahogo, la gente necesita relatar una y otra vez lo que le pasó”, indicó la psicóloga. “En la primera aproximación psicológica o de especialistas que van a estos lugares y acompañan a la gente, los profesionales tienen que hacer que las personas relaten sus casos, ya que es una descarga emocional necesaria, para que poco a poco, con un acompañamiento, se reestablezca la vida normal, dentro de lo posible, siendo este un proceso muy lento”.

DESAFÍOS

Es necesario, agregó, tener un grupo de psicólogos preparados para tratar a las personas ante catástrofes o accidentes. “Se necesita mucha gente afuera, y es importante diseñar una estrategia para ir en ayuda y contener a quienes lo necesitan pero, sobre todo, es esencial que exista una oficina con especialistas preparados para estos acontecimientos”, expresó la experta.

Un comentario

Jimena Medina Moya

jueves 9 de abril 2015 8:17 am

Muy de acuerdo con el planteamiento de la Dra. Bargsted. En nuestro país, necesitamos contar con una institución integral y proactiva.
Lamentablemente el modelo actual de la ONEMI considera el sumistro de necesidades básicas a lo MASLOW, agua, alimento y abrigo a la población afectada, perdiendo de vista que las personas son las más afectadas, las cosas materiales son y seguiran siendo recuperables.

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