Futuro geólogo efectúa pasantía con apoyo de las universidades de Queensland y Católica del Norte.
Una investigación orientada al cuidado del medio ambiente y al desarrollo de la minería sustentable, es el trabajo que realiza en Australia el estudiante de Geología de nuestra Universidad, Eber Vergara Lutz, en el marco de una beca que permite al joven talento de la Región de Antofagasta completar una pasantía en esa nación de Oceanía.
El alumno ejecuta su labor con el apoyo de la Universidad de Queensland (UQ) y de la UCN, esta última a través de su Escuela de Negocios Mineros, instituciones que en alianza colaboran en un área productiva de gran importancia para la economía de ambas naciones.
“Estoy trabajando en el CMLR (Centre for Mined Land Rehabilitation) que es uno de los siete centros que forman el SMI (Sustainable Minerals Institute), el cual tiene que ver, en términos generales, con el medio ambiente, los contaminantes que lo afectan y la búsqueda de maneras de cómo mejorarlo, rehabilitarlo o hacerlo sustentable en el futuro. Esto, obviamente, relacionado al ámbito minero”, resalta el estudiante.
Los objetivos del proyecto -según explica- son determinar la mineralogía de unas muestras de relaves provenientes de una mina ubicada en la parte noroeste del Estado de Queensland, mediante el uso de microscopio óptico y difracción de rayos X (XRD).
Las labores también implican el análisis de datos geoquímicos de los relaves. “Con la ayuda de la mineralogía y caracterización de ésta, debo además establecer si el relave de esa mina producirá aguas ácidas (drenaje ácido de mina, DAM), debido a la oxidación de los minerales presentes allí. Por último, tengo que medir cuáles son las consecuencias de la remoción de magnetita desde los relaves de cobre concentrado”, resalta el joven nortino, quien trabaja bajo la supervisión del Dr. Mansour Edraki.
EXPERIENCIA DE VIDA
Transcurridas varias semanas en tierras australianas, Eber Vergara hace un positivo balance de su experiencia al otro lado del Océano Pacífico.
Además de lo académico, su aprendizaje incluye aspectos sociales y culturales de la ciudad y de la zona donde habita, así como conocer nuevos compañeros de trabajo y amigos, quienes lo han acogido y ayudado en su proyecto.
“De a poco he ido adaptándome, sobre todo al clima que es muy caluroso y húmedo, aunque este mes de febrero ha sido tremendamente lluvioso, lo cual es bueno. Vivo bastante lejos de la universidad (50 minutos), pero se compensa en que es un buen lugar”.
Agrega que, además de trabajar en el proyecto, realiza en forma complementaria un curso conversacional de inglés y asiste en forma regular al gimnasio, lo que le permite ocupar todos los días de la semana.
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