Pastoral

Expertos analizaron en la UCN cuán solidarios son los chilenos

Fecha: 15 abril, 2013

Expertos analizaron en la UCN cuán solidarios son los chilenos

 

En encuentro realizado en Antofagasta fue presentado el Tercer Índice de Solidaridad en Chile.

Si bien en el país se piensa que la mayoría de su población es solidaria, porque en los grandes eventos y desastres naturales se aprecia el despliegue de ayuda y gente dispuesta a colaborar, los resultados del Tercer Índice de Solidaridad en Chile señalan que la donación de tiempo personal muestra diferencias significativas sólo por nivel socioeconómico.
En este sentido, las cifras indican que son los grupos de menores ingresos quienes más tiempo personal dedican a ayudar a otros: 2,4% en relación a 2,1% de los niveles medios y altos.
El tema fue analizado por Flavio Cortés, investigador del Centro de Medición de la Pontificia Universidad Católica de Chile (MIDE UC), organismo que presentó el Tercer Índice 2012 en la Casa Central de nuestra Universidad en Antofagasta.

ANÁLISIS
Respecto a Antofagasta, el especialista expresó que destaca en donaciones de objetos materiales y dinero, con un impacto mayor que el resto de las regiones estudiadas. En tanto, la dimensión de tiempo personal es parecida al resto de las ciudades, pero en términos de apoyo emocional es la más baja de todas las zonas analizadas.
Esta tercera versión se realizó a partir de la aplicación de una encuesta “cara a cara” a nivel nacional, efectuada entre septiembre y octubre de 2012. Tuvo como universo a personas de ambos sexos y de todos los grupos socioeconómicos, entre 18 y 64 años de edad, residentes en hogares particulares de Santiago, Antofagasta, Viña del Mar, Valparaíso, Concepción, Talcahuano y Temuco.
La población representada alcanzó a 5,3 millones de personas según las proyecciones para el año 2012 del INE-CELADE (sobre la base del Censo de 2002).

PANEL EN LA UCN
Un grupo de especialistas participó en el Panel “Qué desafíos para la Solidaridad en Acción sugiere esta investigación a los actores sociales regionales”. Los expertos, entre ellos los académicos de la UCN, Marcelo Lufin y Walter Terrazas, coincidieron en señalar que cuando se consideran las diferentes conductas de ayuda, se demuestra que los chilenos son menos solidarios de lo que declaran ser o piensan, especialmente cuando se trata de dedicar su tiempo personal a los demás.
La medición nacional, que cuenta con la colaboración del Hogar de Cristo, tiene como objetivo precisar cuán solidarios son los chilenos, qué factores favorecen o dificultan las conductas de ayuda a los demás y qué visiones, percepciones y emociones tienen acerca de los pobres y la pobreza.
Flavio Cortés manifestó que mientras Chile se posiciona económicamente,  hay millones de chilenos que viven en condiciones precarias con bajo nivel de atención de salud, educación de mala calidad o inexistente, donde el capital social es mínimo. Y estima que las instituciones y organismos nacionales deben multiplicar las acciones de voluntarios y aportes dirigidos a personas en situación de pobreza.

QUÉ DICEN LAS CIFRAS
En el total de la muestra se constató que el Índice de Solidaridad Global obtuvo un puntaje promedio de 3,36; valor que siendo prácticamente igual al obtenido en 2010 (3,34) se encuentra bajo el punto medio de la distribución total. El ámbito que presenta los valores más altos es la donación de dinero (5,61), seguido por la donación de tiempo personal (2,26) y luego por el aporte de objetos materiales (2,22).
Se aprecia una disminución en las donaciones monetarias en relación a 2010, lo cual indica una baja en las personas que siempre o casi siempre donan el vuelto, realizan aportes a las instituciones de ayuda o dan dinero en situaciones de catástrofe. Esto es coincidente con lo que han comprobado las instituciones de ayuda, que declaran un descenso importante de los montos de donación que reciben por parte de las personas y de las empresas durante el último año.
Pero esta baja se ve compensada en el índice por un aumento significativo en la donación de tiempo personal. La mejora de este último indicador es particularmente significativa, porque este tipo de ayuda es la más difícil de hacer y la que más compromete a las personas. Para ejemplificar, la participación en actividades benéficas ha aumentado en un 9% en los últimos dos años.
El estudio demuestra, además, que donan más quienes empatizan con aquellos en situación de pobreza.

 

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