Hasta Coquimbo llegaron egresados de las diversas generaciones, que compartieron con sus ex compañeros y ex profesores.
Más de 65 ex alumnos de Biología Marina de la Universidad Católica del Norte, incluyendo a los que conformaron la generación 1981, la primera de la carrera, se reunieron en mayo recién pasado, en el marco de un emotivo encuentro que fue propicio para recordar, junto a varios de sus profesores, las numerosas anécdotas que marcaron sus años de universitarios.
A la cabeza de la comisión organizadora estuvo el biólogo marino Alejandro Abarca, quien relata que la reunión comenzó a forjarse con meses de anticipación, cuando un grupo de ex alumnos, motivados por la necesidad de encuentro con sus compañeros y amigos, “con los que compartieron aquellos extraordinarios años de juventud”, comenzaron a organizarse y a contactarse entre sí, aprovechando las redes sociales digitales. La palabra que definió al grupo en Facebook y Whatsapp fue “Paleo-Ucenoides”, por el griego “palios” (viejo o antiguo) y “Ucenoides”, en alusión a su alma mater.
Luego de varias gestiones, y aprovechando que mayo es el mes del mar, concretaron el encuentro para el fin de semana largo del 21 y 22 de ese mes.
Con sonrisas en el rostro y en el alma, empezaron a llegar ese jueves por la tarde al recordado Campus Guayacán más de 65 ex alumnos, que se reencontraron tras muchos años. La primera de las actividades de convivencia fue un gran almuerzo con una extensa sobremesa, que se extendió hasta más allá de la medianoche con las conversaciones y recuerdos compartidos en la pérgola de la UCN, disfrutando de una incomparable vista a la Bahía de La Herradura, un sabroso coctel y un buen vino navegado.
Al día siguiente, los “Paleo-Ucenoides” se dieron cita en la Capilla “San Alberto Hurtado” de la UCN, donde participaron en una misa de acción de gracias por todo lo recibido en estos años y también para recordar a aquellos compañeros y profesores que ya no están. Luego, departieron un almuerzo de camaradería con profesores y funcionarios que también quisieron sumarse a este evento, “que probablemente será único e irrepetible para varios de los participantes”, comenta Abarca. “Fue un momento para volver atrás, donde los años se hicieron meses, los meses días, los días horas. Entre risas y fotografías se contaron brevemente que había sido de sus vidas en tantos años”, agrega.
El programa continuó en el salón auditorio del centro costero de la Facultad de Ciencias del Mar con una jornada de intercambio de regalos y proyección de fotos de las sucesivas generaciones de la carrera, y un nuevo asado en la pérgola. En este sentido, Alejandro Abarca agradeció las facilidades otorgadas por la casa de estudios para hacer uso de las instalaciones con motivo de esta celebración.
“Sin excepción, todos los ex alumnos se reconocieron afortunados y emocionados por este reencuentro que permitió recargarse de cariño, compartir muchas vivencias, aliviar pesares, potenciar la amistad y generar una red de apoyo para tiempos futuros”, señaló finalmente el profesional. “Agradecidos por el reencuentro, la despedida fue más emotiva aún, pero con la satisfacción y alegría de tener la certeza que este reencuentro no será el último; porque habrá muchos más y la unidad fortalecida en esta ocasión permitirá a este grupo de ex alumnos permanecer unidos, a pesar de la distancia y el tiempo”.
Fotografías: Gentileza Alejandro Abarca.
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