Investigación liderada por el académico de la Facultad de Ciencias del Mar de la universidad Católica del Norte, Dr. Martín Thiel, muestra que la región lidera triste record.
Envases plásticos, botellas de vidrio, papeles y restos de comida, entre otras basuras generadas por la acción del hombre, son parte del triste paisaje que muestran las playas de la Región de Antofagasta y que las transforman en las más sucias del país.
La alerta sobre esta alarmante situación, la entrega el académico de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte, Dr. Martin Thiel, quien lideró un estudio que determina que las playas de la zona cuentan con la mayor cantidad de desperdicios por metro cuadrado de Chile, superando con creces la media nacional.
Las costas de ciudades como Antofagasta, presentan entre tres y diez ítems de desperdicios, en contraste con los sólo dos que en promedio registra el resto del territorio continental de Chile. Y eso sin contabilizar la contaminación a gran escala producida por la actividad industrial y minera de la zona.
Ante esta situación, el investigador explica que un problema es la falta de interés de la comunidad por tomar como algo importante esta problemática. Como ejemplo mencionó la reciente exposición que realizó en Antofagasta sobre el tema, la que fue ampliamente difundida a través de distintos medios, pero que sin embargo sólo contó con la asistencia de tres personas, lo que explica en parte las dificultades que presenta el resolver esta situación.
Investigación
El interés por estudiar la gran cantidad de basura detectada en el litoral chileno, surgió como algo inesperado y paralelo cuando participaba en una investigación para censar algas flotantes. “En esa oportunidad detectamos gran cantidad de basura en las aguas”, destaca el investigador quien señala que surgió la necesidad de conocer el origen de esta contaminación y sus efectos.
Un aspecto destacado es la gran presencia de boyas abandonadas las que circulan sin destino por la costa. En algunos casos éstas presentan colonias de seres vivos, como algas, las que encuentran en estos objetos un lugar para desarrollarse.
También advierte sobre las llamadas bolsas plásticas “biodegradables”, las que no se disuelven en el medio ambiente, ya que sólo se desasen en trozos más pequeños, generando una contaminación con basura plástica microscópica cuyos efectos aún no han sido cuantificados.
Soluciones
Factores como la educación son fundamentales para resolver el problema. En este contexto resalta el trabajo realizado por escolares en 2008 y donde participaron más de 1.500 estudiantes de 43 establecimientos de educacionales de todo el territorio nacional. En esa oportunidad, niños y jóvenes trabajaron en tareas de recolección de muestras, identificación y análisis de la basura, obteniendo valiosa información. Con anterioridad, ya se habían realizado trabajos similares focalizados en las regiones de Atacama, Coquimbo y del Libertador Bernardo O’Higgins. El desarrollo de estos estudios contó con el apoyo del Proyecto EXLORA-CONICYT y de la Universidad Católica del Norte, a través de su Facultad de Ciencias el Mar.
Uno de los aportes logrados por estas investigaciones es que las encuestas realizadas por los escolares demostraron que un porcentaje alto de la población reconoce botar basura en las playas. Otra conclusión destacable es que un 93 por ciento de las personas entrevistadas están de acuerdo en aplicar multas a quienes sean sorprendidos ensuciando y en promedio los encuestados dijeron que 30 mil pesos sería el monto que deberían pagar los infractores.
La evaluación de la información obtenida en las investigaciones es preliminar en algunos casos y una vez procesada se espera enviar a las autoridades respectivas. En todo caso, el Dr. Thiel reafirmó que un aspecto clave es fortalecer la educación entre los jóvenes y adoptar medidas individuales sencillas pero efectivas, como por ejemplo preferir las bolsas de lona o género antes que las de plástico. “Tengo un sueño: las playas de Chile podrán ser las más limpias del mundo”, dice entusiasmado el científico quien espera ver lo antes posible nuestro litoral libre de basura y contaminación.
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