Se trata de los Liceos Agrícolas de Ovalle, Punitaqui, Canela, además del Liceo de Tongoy y el Liceo Agrícola de Alto del Carmen.
Unir las actividades productivas de la hidroponía con la acuicultura, para que tanto hortalizas como peces y crustáceos resulten beneficiados con los nutrientes que se generan y con un menor requerimiento de agua, es la finalidad del proyecto “Sistemas Biointegrados de AgroAcuícolas Sustentables y Sostenibles para Promover Desarrollo y Emprendimiento a Micro, Mediana y Pequeña Escala Producción Acuícola e Hidropónica”, que desarrolla la Universidad Católica del Norte (UCN) en conjunto con el Instituto de Investigaciones Agropecuarias Intihuasi (INIA) y que es financiado por el IX Concurso Investigación del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico, de Investigación Tecnológica, Fondef IT.
No sólo la idea es novedosa, sino también donde se ejecuta el proyecto, ya que la UCN está trabajando con cinco liceos técnicos profesionales de la regiones de Coquimbo y Atacama, y dos empresas privadas de las regiones de Coquimbo y Valparaíso.
Se trata del Liceo Técnico Agrícola Tadeo Perry Barnes de Ovalle, Liceo Alberto Gallardo Lorca de Punitaqui, Liceo Polivalente Padre José Herde Pohler de Canela, el Liceo Carmen Aurora Rodríguez de Tongoy y el Liceo Agrícola de Alto del Carmen. Participan también la microempresa Sociedad Inversiones Huinchiguallego SPA y la Compañía Minera Cerro Negro S.A.
El proyecto lleva seis meses en desarrollo, pero sus orígenes se remontan hace varios años, cuando por medio de otros proyectos se fue equipando a los liceos con sistemas educativos de Acuiponía de alta calidad.
Sistema de recirculación de agua
Los objetivos del proyecto son varios, el primero es estudiar cómo interaccionan biológicamente las truchas arcoíris, el camarón de río y las lechugas, y qué nutrientes generan los animales que puedan ser de utilidad para las hortalizas. Para ello, se habilitó en cada colegio el cultivo de peces y un sistema de recirculación de agua, que cuenta con tres estructuras. En la primera estructura se encuentran los peces en agua, luego esa agua entra a la segunda estructura que consiste en un proceso de biofiltro donde el amoniaco que excretaron los peces y camarones se convierten en nitrato, por medio de la labor de bacterias autótrofas, y de mineralización de las heces con bacterias heterótrofas que permiten generar 11 nutrientes que requieren las hortalizas, posteriormente el agua tratada se dirige a la tercera estructura donde se localiza el sistema hidropónico, donde junto a las lechugas se encuentran los camarones de río en el agua.
Luego de que se remueven los nutrientes del agua en la hidroponía, esta agua pasa por una estación de bombeo y es enviada nuevamente a la primera estructura donde están los peces, así se forma el circuito que permite reciclar el agua y los nutrientes, de manera que peces, hortalizas y camarones cuentan con las condiciones de calidad de agua adecuadas para crecer.
“La acumulación de las excreciones puede que para los peces y camarones sea tóxico, sin embargo estas excreciones constituyen una fuente de nutrientes para la hidroponía, lo que permite hacer hidroponía orgánica. De esta manera la misma agua se utiliza para cultivar peces, camarones y vegetales, y el sistema sólo requiere incorporar el agua que se está perdiendo por evaporación y evapotranspiración”, explicó el Dr. Germán Merino, director del proyecto y académico del Programa de Pregrado de Ingeniería en Acuicultura, y de los Programas de postgrado de Magister en Acuicultura y de Doctorado en Acuicultura de la Facultad de Ciencias del Mar de la UCN.
Transmitiendo conocimiento a las nuevas generaciones
Al realizar el trabajo en liceos técnicos se busca transferir a los estudiantes, de forma inmediata, el conocimiento que se desarrolla en el manejo del sistema biointegrado de cultivo. Lo que se quiere, explicó el Dr. Germán Merino, es trabajar directamente con los profesores en una actividad curricular, con miras a que puedan entregar una nueva formación técnica o complementar por medio de talleres a las ya existentes en los liceos, y que estará orientada a la producción agro-acuícola.
Con estos conocimientos, además de generar nuevas oportunidades de trabajo formal, los estudiantes también podrían desarrollar emprendimientos en acuiponía, ya que muchas de sus familias se dedican a la agricultura o pesca, lo que les permitirá, a mediano plazo, generar emprendimientos.
Nuevos nichos de desarrollo para el futuro
El proyecto considera una segunda línea de acción, el trabajo con una microempresa localizada en Mincha y una empresa minera localizada en Cabildo. El primero es un emprendimiento en acuiponía, en base al desarrollo del conocimiento de los sistemas instalados en los colegios, para producir alrededor de 8 toneladas anuales de truchas y cerca de 1.200 hortalizas a la semana. El sistema que se instalará en Mincha, explicó el Dr. Germán Merino, utilizaría 400 metros cúbicos de agua, de los cuales sólo se necesitará renovar el 10% a la semana, mientras que si el sistema fuera de flujo abierto, necesitaría 400 metros cúbicos por hora, es decir, una renovación de agua fresca del 100% por cada hora.
En el caso de la empresa minera, el trabajo comenzará con un módulo de 8 toneladas, pero se proyecta llegar a 35 toneladas de truchas al año, más las hortalizas respectivas. Los módulos de producción acuipónica se constituirá de estanques cilíndricos de 20 metros cúbicos para cultivar los peces y, con estanques rectangulares de 20 metros cúbicos para el cultivo hidropónico de raíz flotante de las hortalizas. En los estanques rectangulares se dispondrán balsas flotantes para poner las plantas, y debajo de ellas serán cultivados los camarones
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