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Del campo al desierto: los 50 años de sacerdocio del Padre André Hubert

Fecha: 28 junio, 2022

Del campo al desierto: los 50 años de sacerdocio del Padre André Hubert

Una vida marcada por un vasto trabajo pastoral y espiritual presenta el actual Vice Gran Canciller de la UCN.

Cincuenta años han transcurrido desde el 24 de junio de 1972, día en el que André Marie Hubert Robinet, actual Vice Gran Canciller de la Universidad Católica del Norte (UCN), se ordenaba como sacerdote jesuita en Bélgica, su país natal, donde cerraba un ciclo de 10 años de formación.

Hoy, con 78 años de edad y retirado de la academia, cuenta entusiasmado que continuará al servicio de la investigación y reflexión teológica, promoviendo la fe y esperanza en el mensaje de Cristo para los tiempos agitados de la actualidad.

Hubert nació un 19 de octubre de 1943 en las tierras belgas de Rulles. Es hijo de campesinos, por lo que su niñez la vivió inmerso en el campo y rodeado de animales de granja. Desde muy joven desarrolló su interés por llevar una vida religiosa, razón por la que en 1962 decidió congregarse a la edad de 19, cumpliendo así también 60 años de espiritualidad.

En 1973 llegó a nuestro país, tras recibirse como sacerdote, donde inició su trayectoria como académico e investigador. Lideró, en primera instancia, trabajos pastorales en parroquias de Concepción, Santiago, Chuquicamata y sus alrededores, y en Arica; años en los que además se desempeñó como profesor hora.

LA UCN

La historia del Padre André Hubert con la UCN comenzó en 2001, cuando se trasladó a Antofagasta, haciéndose cargo del Departamento de Pastoral de la UCN (hoy Dirección General de Pastoral y Cultura Cristiana) hasta el 2004, y al año siguiente dirigía el Departamento de Teología.

Posteriormente, en mayo de 2008 y bajo el beneplácito de la Gran Cancillería, fue nombrado Vice Gran Canciller de la UCN; y en 2013, hasta su retiro de la academia este año, fue director del Instituto de Ciencias Religiosas y Filosofía, que articula a las sedes de Antofagasta y Coquimbo.

“Con la UCN es el periodo más largo de mi vida sacerdotal, porque son 20 años en la Universidad, y trabajando a tiempo completo como sacerdote. Ha sido un tiempo bonito, porque ahí hice muchas cosas, tanto en la parte académica como en la parte directamente espiritual o sacerdotal”, explica.

Su gran labor -destacó-, además de ser una figura de paz, conciliación y fraternidad, fue impartir los cursos teológicos optativos de la Casa Central en Antofagasta, anunciando a Jesucristo desde el pensamiento teológico al mundo universitario, a la iglesia local y a la comunidad regional, promoviendo el diálogo, la fe y la cultura. “En Teología hacemos cursos para toda la Universidad. Es decir, los siete u ocho mil alumnos de la sede de Antofagasta pasan por nuestras manos, y ahí damos cuatro cursos. La tarea es inmensa, pero hay todo un entusiasmo en el trabajo de todos, y yo creo que eso es fundamental. Me encanta trabajar en esta Universidad”.

Asimismo, Hubert señaló que la pastoral que conocía eran solamente las parroquias, visión que cambió hasta su llegada a la UCN en 2001. En esa oportunidad integró grupos de trabajo comunitario y de vinculación con el medio, los que en su mayoría iban en apoyo de los más necesitados, organizando incluso cruzadas con la finalidad de reunir recursos para dichos propósitos.

“Siempre habían pocos recursos, tuvimos que empezar a organizar cosas y me acuerdo de que hasta hicimos un congreso internacional en 2002. Hicimos muchas cosas, pero con poca gente y poca plata. Después fue creciendo el Departamento de Pastoral hasta que llegó a ser lo que es ahora con los sucesores. Pero al comienzo era un grupo chico, y teníamos la mitad del espacio que tiene actualmente… Teníamos un grupo bien formado, éramos muy amigos, nos ayudábamos muy bien entre nosotros y eso creo que fue el punto de partida de lo que creció después la Pastoral. Eso fue importante, y es por eso que todas las etapas de mi vida yo las recuerdo con mucho cariño, porque no fue fácil. La parte difícil no importa tanto, mientras haya entrega entre los que trabajan en el mismo lugar”.

ARRAIGO

André Hubert en su trabajo parroquiano vivió una anécdota espiritual crucial e importante que reafirmó su compromiso como sacerdote jesuita.

Destacó su paso por Chuquicamata y alrededores como Chiu, donde la actividad minera de Codelco movía los hilos de una sociedad trabajólica que dependía mucho de sus réditos. “No había pobres en esa ciudad, y no había viejos, porque los que vivían en Chuquicamata eran gente que trabajaba, así que tuve que presenciar un mundo un poco especial, una especie de burbuja que es difícil, porque solamente se piensa en el trabajo, pero además hay dinero que corre. Así que eso hace difícil la labor pastoral. Pero yo guardo siempre un recuerdo bonito, porque hay mucha gente que se ha entregado. El trabajo que se hizo ahí fue un trabajo bastante profundo a pesar de las dificultades”.

En otros aspectos, declaró que una de las influencias más trascendentales dentro de su trayectoria fue Alberto Hurtado y sus obras de caridad, junto al valor de la fraternidad. También, según relató, lo fue la gente con la que coincidió en su periplo como párroco, cuyos estilos de vida y la forma en cómo se entregaron le impactaron. “Es evidente que hay mucha gente humilde en las parroquias, porque las parroquias, dentro de todo, son parroquias sencillas de usar. En Chuquicamata, la gente que ayudaba era más gente obrera que gente pudiente, y eso siempre es importante. Yo creo que son las personas que a mí me han ayudado a tener entusiasmo y a seguir trabajando con esfuerzo”.

Hechos de ese tipo fueron generando un arraigo con el norte. “Ahí aprendí lo que es el norte. Yo que soy hijo de campesino, que viví mi niñez en medio de animales, de vacas, de chanchos, del pasto, etcétera, me encontré en el desierto. Imagínese la diferencia. El cambio era un poco fuerte, pero me encanta el desierto, lo aprendí a amar. Estuve cuatro años y medio en Chuquicamata, dos años en Arica y 20 en Antofagasta, así que en Chile conozco más el desierto que el resto del país”.

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