Jóvenes fueron asesorados por académicos provenientes de universidades de Polonia, Turquía y Países Bajos.
Dos megaestructuras de viento -una especie de órgano y un tinglado con telas de colores- fueron armados y montados este fin de semana en la playa Llacolén, ubicada en la costa sur de Antofagasta.
Estas creaciones fueron construidas por los estudiantes de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte (UCN) con el objetivo de ir interiorizándose respecto al manejo de los materiales de construcción.
El proceso contó con la asesoría de tres académicos de la disciplina mencionada, provenientes de universidades de Turquía, Polonia y Países Bajos, ocupando toda la semana anterior en armar las estructuras en los patios de la Escuela de Arquitectura UCN, para luego trasladarlos y montarlos el pasado fin de semana en la playa.
Al respecto, el director de la Escuela de Arquitectura de la UCN, Dr. José Guerra, dijo que “esto lo llamamos ejercicio integrado, que es una propuesta curricular que tenemos en la estructura de la carrera, la cual hace años no lo hacíamos debido a la pandemia. Quisimos retomar ahora para que los estudiantes se reencantasen con el hacer, el construir con sus manos. Por tanto, una parte importante de la arquitectura es esa, y como está todo tan digitalizado, han ido olvidando la interacción de los materiales”.
ACADÉMICOS INVITADOS
Los académicos de universidades extranjeras que fueron invitados a la actividad fueron Mauricio Morales Beltrán, de la Yaşar University de Turquía; Peter Eigenraam, de la Delft University of Technology de los Países Bajos; y Jerzy Latka, de la Wrocław University of Science and Technology de Polonia.
Sobre esta experiencia, Peter Eigenraam cuenta que “me gustó mucho esta actividad, fue una nueva experiencia para mí porque trabajé con más estudiantes y el trabajo fue muy entusiasta y creativo, así que realmente disfruté trabajar con ellos. Desde el comienzo el plan fue trabajar con el viento y ubicamos el lugar de la playa como localización”.
En tanto, para Mauricio Morales Beltrán, la experiencia “fue fantástica, porque retomamos cosas que existían en esta escuela, por ejemplo desde que yo era estudiante, hace unos 30 años; y retomar este ejercicio desde la perspectiva de integrar a los estudiantes para que trabajen de manera conjunta para desarrollar un proyecto y que trabajen en equipo”.
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