En un ciclo organizado por profesionales UCN, académicos de universidades de Chile, Colombia y España compartieron sus experiencias en la docencia y plantearon los desafíos que supone la contingencia.
El cómo potenciar el interés de los alumnos en las clases que se dictan, y más en tiempos de pandemia, fue el desafío que se abordó en una actividad organizada por la Unidad de Innovación Docente de las Ingenierías (UIDIN) de la Universidad Católica del Norte (UCN).
“Compartiendo experiencias en docencias de ingeniería” fue el nombre de esta actividad que agrupó también a académicos de la Pontificia Universidad Católica, Universidad de Concepción, Universidad Nacional de Colombia y la Universidad Politécnica de Cataluña.
Respecto a la instancia, el decano de la Facultad de Ciencias de Ingeniería y Construcción de la UCN, Fernando Echevarría Ateca, dijo que una de las principales labores de la docencia es reenamorar a los estudiantes con las clases. “Se abordaron temáticas desde lo metodológico hasta lo psicológico. Vivimos tiempos de inmensa incertidumbre y en ese contexto nos preguntamos ¿debemos seguir aplicando las mismos métodos en la enseñanza?, ¿cómo aprenden nuestros alumnos?, ¿es significativo este aprendizaje?”.
También agregó que “hay académicos que están aburridos de hablar ante pantallas apagadas, porque siempre habíamos estado en contacto con los estudiantes, y esta modalidad en que no vemos caras resulta chocante para algunos. Las preguntas y los desafíos son muchos. Pero lo importante es innovar, atreverse, equivocarse y volver a intentarlo”.
REENCANTAR
Al respecto, el académico de la Universidad Politécnica de Cataluña, Miguel Valero García, expuso el porqué, en general, los alumnos se concentran más en los videojuegos que en las asignaturas académicas. “Hay una gamificación, de ‘gammer’, la cual supone que los jóvenes están perdiendo la cultura del esfuerzo, que pierden la capacidad de mantener la atención, pero no es verdad. Cuando juegan sus videojuegos hacen largas fuerzas de concentración, por ende, las habilidades las tienen, pero para las cosas que les interesa, no para otras”, dijo.
Por lo anterior, reflexionó que “los juegos tienen objetivos bien claros: ciclo de enganche, dimensión social y misión épica. Debemos ser capaces de motivar a nuestros alumnos y que tomen el desafío de aprender como algo genial, algo que realmente los mueva y que cada vez que terminen con una asignatura, sientan que ganaron un conocimiento que de verdad les servirá y que no solo ‘pararon un ramo’”.
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