Academia

“La Escuela de Arquitectura está presente en todos los egresados”

Fecha: 30 septiembre, 2022

“La Escuela de Arquitectura está presente en todos los egresados”

José Guerra Ramírez, director de esa unidad de la Universidad Católica del Norte.

El año pasado, la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte (UCN) cumplió cuatro décadas de historia. Fundada en 1981 por la arquitecta nacional, Ángela Schweitzer, el hito fundacional fue conmemorado con una placa que exhibe su logotipo, donde figuran los cuatro elementos de la naturaleza -agua, fuego, tierra y viento- en ruinas andinas a modo de identidad y pertenencia al territorio.

Su actual director, José Guerra Ramírez, desempeña su segundo periodo al mando de la unidad. Natural de Quilpué, estudió arquitectura en la UCN y desde 1996 se encuentra como académico de la misma.

“En este segundo periodo como director partimos en 2019 en un contexto de pandemia, pero con la confianza del cuerpo académico y de la nueva administración universitaria nos planteamos este escenario como una oportunidad de innovación docente: el equipo académico utilizó las herramientas tecnológicas y de representación arquitectónica disponibles para enfrentar el desafío de la no presencialidad. Hoy, seguimos adelante con grandes proyectos de crecimiento”, cuenta.

PROYECTOS

Una de las improntas de la Escuela de Arquitectura UCN es promover el rescate y relevancia del patrimonio arquitectónico y de la historia milenaria del Norte. No por nada dentro de sus postulados está que el sentido de pertenencia al territorio o lugar de residencia, originan y configuran la identidad de la escuela.

Al respecto, José Guerra cuenta que “con la madurez que otorga el cumplir 40 años como institución de enseñanza de la arquitectura en el norte de Chile, perseguimos el objetivo ‘ser facultad’ para lograr el reconocimiento del aporte a la cultura y el arte en una universidad compleja”.

A modo de historia, recuerda que “hace 40 años partimos como Facultad de Arquitectura UCN, la que en el año 1989 pasa a constituirse en departamento y formar parte de la facultad integrada por las carreras de Arquitectura, Construcción Civil e Ingeniería Civil”. Cambio que -explica- nació de la lógica del proceso de la edificación, ya que son áreas disciplinares que trabajan colaborativamente en dicho proceso. “En roles definidos el arquitecto diseña, el constructor construye y el ingeniero calcula. Sin embargo, en la lógica de la formación es muy distinta, ya que la arquitectura como disciplina en el área de industrias creativas se planteó crear dos nuevas carreras afines, que eran Artes Visuales y Diseño Industrial. La facultad no nos abrió el espacio para que nos desarrolláramos y por tanto la Vicerrectoría de Investigación nos apoyó en ese sentido de separarnos para crear una nueva Facultad de Arquitectura y Artes.

¿Y en qué etapa se encuentran ahora?

-Estamos en una etapa de crecimiento y proyección de la unidad. En el ámbito de vinculación tenemos convenios con el gobierno regional, Colegio de Arquitectos y CREO Antofagasta, entre otros; participamos de las mesas regionales de construcción sustentable, movilidad urbana, Comisión Consejo Regional de Desarrollo Urbano y en el Consejo Regional de Patrimonio. Además, participamos en el estudio de la sostenibilidad de ciudades desérticas en el Trópico de Capricornio en Chile, en el proyecto CAP4CITY de ciudades y territorios inteligentes y sostenibles, y proyecto red BIM Antofagasta. Por otra parte, es importante destacar que los proyectos de título y de investigación cubren las áreas temáticas definidas por la Estrategia Regional de Innovación.

IMPRONTA UCN

Guerra agrega que dentro de los valores que se les entregan a los más de 500 estudiantes que hoy integran la Escuela de Arquitectura, está la concepción de habitar el desierto, su determinismo ambiental y la observación de la respuesta adaptativa de la arquitectura vernácula. “La línea de hombre-entorno es fundamental en esta perspectiva, es parte del origen del plan de estudios y, si el mundo habla hoy de arquitectura sustentable, esta temática ha estado presente en la formación del arquitecto UCN desde su origen, con conceptos como arquitectura bioclimática, climo-arquitectura, acondicionamiento ambiental pasivo y la relación de la arquitectura con recursos renovables como la energía y el agua. Así que ello es un elemento que le da un sello de identidad a nuestros estudiantes”, detalla.

¿Cómo es la visión que sostienen como Escuela?

-En general, la visión que nos sostiene como Escuela es la que nos regala el territorio. Habitar el desierto requiere de respuestas inéditas y esa actitud de permanente deliberación es la que inaugura cada semestre el trabajo de los talleres. Es decir, nunca un taller es el mismo, siempre hay una cuota importante de innovación y de nueva creación que es muy estimulante para los estudiantes. Esta diversidad de expresiones arquitectónicas creativas se expresa también en las respuestas de los distintos pisos ecológicos. Así, por ejemplo, el factor altitudinal es determinante para entender qué ha determinado el piso ecológico, ya sea el desierto litoral, el desierto de la pampa intermedia o el desierto de los superiores precordillerano y altiplánico; atendiendo a las particularidades y singularidades microclimáticas, condiciones ambientales que requieren respuestas distintas desde el punto de vista material, constructivo y de este acondicionamiento arquitectónico.

¿Qué ha sido para usted la UCN en este tiempo y qué significa liderar su Escuela de Arquitectura?

-Liderar la Escuela es una gran responsabilidad. Me siento muy orgulloso de estar en este cargo, a la cabeza de un grupo humano muy comprometido con su quehacer. En la actividad de celebración de los 40 años fue muy emocionante escuchar a los egresados de las primeras generaciones cómo la formación recibida se hace presente en su desenvolvimiento profesional. Esa impronta está presente en el mensaje de la arquitecta fundadora, y mantener vivo ese mensaje es parte de liderar la Escuela y representar a todos los arquitectos que hemos formado en estos 40 años. Creo que eso es relevante. Cuando hablamos de la Escuela de Arquitectura UCN y su impacto, vemos que ese sello está presente en todos los egresados que ocupan cargos de responsabilidad pública o privada, de gestión municipal, en las gobernaciones. La Escuela está presente en muchos lugares donde se toman decisiones sobre la calidad de vida de las ciudades y sus ciudadanos y procurar que esas redes con nuestros egresados estén conectadas, es parte del quehacer como director. Sin, duda hay mucho por hacer: la carrera de Arquitectura en la Universidad y en la región desarrolla la industria creativa y eso es algo que favorece el crecimiento de las personas. Nuestros estudiantes demuestran una vocación por la proximidad que tienen con la creatividad, y la Escuela les ofrece la posibilidad de desarrollar esas competencias creativas.

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