“Mi sueño es colaborar para que Antofagasta se convierta en el hub tecnológico de Chile”

Carlos Olivos aspira a que la región sea mundialmente conocida como el “Silicon Valley chileno”.

El académico del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad Católica del Norte (UCN), Carlos Olivos, completó con éxito su doctorado en Ingeniería Industrial y Sistemas, Ph.D. in Industrial and Systems Engineering, en la Auburn University, en el estado de Alabama (EE. UU.).

Se proyecta realizando en la UCN investigaciones en el área de energía, además de docencia en pregrado y postgrado. Siempre transmitiendo la experiencia que adquirió en el extranjero a nivel universitario y con una clara apuesta por el desarrollo tecnológico de la región de Antofagasta.

¿Cómo se gestó el doctorado que realizó y cómo nace el interés en esta área?

Como estudiante de pregrado siempre estuvo en mis planes continuar estudiando, no a nivel de doctorado, pero sí un magíster en ingeniería industrial y ojalá en el extranjero. Hasta 2017 no sabía en qué consistía estudiar un doctorado y muchas veces pensé que era algo inalcanzable y muy difícil.

Luego, durante 2017 comencé a trabajar con el académico Dr. Hernán Cáceres en un problema de localización de ambulancias junto al SAMU de la región de Antofagasta. Este trabajo lo presentamos en la conferencia IISE en la ciudad de Orlando, en Estados Unidos, durante mayo de 2018. En la oportunidad, recibí muy buenos comentarios, y tuve la oportunidad de conversar con varios estudiantes de postgrado que estudiaban en Estados Unidos, además de asistir a diferentes presentaciones que se realizaron en la conferencia. En aquella oportunidad me di cuenta que los trabajos que hacían estudiantes doctorales de otras universidades en Estados Unidos no se alejaban de lo que yo estaba haciendo como estudiante de pregrado en Chile. En ese momento reflexioné y me di cuenta que tenía las capacidades para continuar estudiando a nivel doctoral en Estados Unidos.

La gestión para ingresar al doctorado parte a fines del año 2018, cuando el académico de Auburn University, Dr. Jorge Valenzuela, hizo una visita a la Universidad Católica del Norte para conversar con estudiantes que estaban haciendo investigación en el Departamento de Ingeniería Industrial. Él nos contó acerca de las becas que existen en Auburn University para estudiar doctorado, las líneas de investigación, el ritmo de vida que tenía la ciudad de Auburn y todas las oportunidades que podríamos tener. Esta presentación me convenció para postular a Auburn University y afortunadamente quedé aceptado para comenzar mis estudios en agosto de 2019.

¿Cómo ha sido su historia en la UCN?, ¿cuándo llegó a trabajar a la Universidad?

Mi historia en la UCN parte cuando estaba en el colegio, en cuarto medio. En ese año comencé a tocar violoncello en la Orquesta Clásica de la UCN y luego, en el año 2013, ingresé a la carrera de Ingeniería Civil Industrial. Gracias a lo anterior desarrollé un fuerte arraigo con la Universidad. Posteriormente, al finalizar mi pregrado, en marzo de 2019, comencé a trabajar en la UCN, con el compromiso de comenzar estudios doctorales y luego volver a la UCN.

¿Cómo se traduce el aporte de un Doctor en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Geológicas y en el proceso educativo con los estudiantes?

Hay al menos dos dimensiones en las cuales los estudiantes se favorecen de tener profesores con el máximo grado académico. Primero, un doctor en alguna especialidad ha demostrado poder realizar investigación en un tema muy específico, lo que lo obliga a aprender diferentes herramientas para poder resolver la pregunta de investigación. Esto hace que se transforme en un experto en el área disciplinar y como experto es capaz de transmitir ese conocimiento hacia los estudiantes. De esta forma, los estudiantes se favorecen al recibir conocimiento actualizado por personas expertas en el área disciplinar.

En segundo lugar están las oportunidades y redes de colaboración que uno desarrolla al momento de realizar un doctorado. Los estudiantes también se pueden favorecer de aquello, por ejemplo, facilitando la colaboración y guía con colegas de otras universidades. Esto también permite que se puedan realizar programas de intercambio con las universidades donde los académicos estudiaron.

PROYECCIONES

¿Cuáles son sus proyecciones a partir de este nuevo grado obtenido?

Mi proyección es trabajar en la UCN realizando investigaciones en el área de energía y docencia en pregrado y postgrado. Al mismo tiempo, deseo transmitir la experiencia que adquirí en el extranjero a nivel universitario, contribuyendo a los procesos universitarios actuales desde la perspectiva de haber estudiado en un entorno internacional. Finalmente, mi sueño es colaborar para que Antofagasta se convierta en el hub tecnológico de Chile y sea mundialmente conocido como el Silicon Valley chileno. Estoy seguro de que podemos lograrlo.

¿Por qué es importante potenciar el programa de perfeccionamiento de la Universidad?

El programa de perfeccionamiento académico permite que la Universidad pueda contar con académicos del más alto nivel y con un fuerte nivel de arraigo, tanto en la ciudad como en la Universidad. Particularmente, por la lejanía con la capital a veces es difícil atraer capital humano avanzado a Antofagasta.

Cuando los académicos estudian en un país desarrollado eso les permite adquirir una visión clara sobre los objetivos y las estrategias necesarias para alcanzar estándares similares en Chile. Esta experiencia proporciona una comprensión profunda de las mejores prácticas y las políticas exitosas que se pueden adaptar y aplicar en nuestro contexto local para impulsar el desarrollo y mejorar la calidad de vida de nuestra comunidad.

A pesar de esto, la inversión de largo plazo que realiza la Institución es importante. Por lo mismo, los beneficiarios de este programa debemos ser responsables y cumplir con el compromiso adquirido y trabajar para potenciar nuestra Universidad.

¿Le gustaría concluir con alguna reflexión o mensaje?

Estoy muy agradecido por la oportunidad que se me brindó, particularmente con el Departamento de Ingeniería Industrial. Los académicos de aquel entonces tomaron una decisión estratégica pensando en el largo plazo de la Universidad y del Departamento. Creo firmemente que su apuesta fue exitosa.

Finalmente, como académicos debemos continuar trabajando para contribuir desde la academia al futuro de nuestro país mediante la formación de profesionales integrales, con el desarrollo de políticas públicas y trabajar en conjunto con el entorno que nos rodea.