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Rastrean agua subterránea en el sector más árido del desierto de Atacama

Fecha: 3 agosto, 2015

Rastrean agua subterránea en el sector más árido del desierto de Atacama

Geólogos de nuestra Universidad investigan presencia del recurso en un área de extrema aridez del territorio chileno conocida como el “desierto absoluto”.

Las aguas subterráneas del denominado “desierto absoluto”, área de extrema aridez que comprende la Depresión Central, desde el sur de Antofagasta hasta el norte de la localidad de Taltal, estudian en detalle científicos de nuestra Universidad, quienes buscan determinar la presencia y cantidad de este recurso en una de las zonas más secas y extremas del planeta.

La exploración implica distintos sectores de la Región de Antofagasta, en un área que de oeste a este se extiende desde la Cordillera de la Costa hasta el sector precordillerano de Los Andes.

Situado en el corazón del desierto de Atacama, este sector en la actualidad está casi despoblado, pero en el Siglo XIX y principios del XX albergó numerosas oficinas salitreras, como Catalina, Chile y Alemania, entre otras, las que perforaron pozos en busca del vital elemento para sus operaciones.

La investigación, que deberá estar finalizada en 2016, se desarrolla en el marco del Proyecto Anillo (1203) del Programa de Investigación Asociativa (PIA) de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), el cual involucra recursos por 450 millones de pesos.

OBJETIVOS
El proyecto tiene dos objetivos. El primero es resolver un problema concreto como es contribuir en la búsqueda de nuevas fuentes de agua para incluirlos en el Balance Hídrico de la Región de Antofagasta.

Es sabido que la zona cuenta con aguas superficiales escasas, como las del río Loa, y posee además otras subterráneas, que provienen de una serie de cuencas, como las ubicadas en el Salar de Atacama, Ascotán y Punta Negra. No obstante, aún existen extensas zonas del desierto donde se desconoce la cantidad de este recurso, como es el caso de la Cordillera de la Costa y la Depresión Central.

El Director del proyecto, académico del Departamento de Ciencias Geológicas de la UCN e investigador del Centro de Investigación Tecnológica del Agua en el Desierto (Ceitsaza), Dr. Christian Herrera, explica que la idea es encontrar y cuantificar nuevas fuentes de agua que puedan contribuir a satisfacer la demanda de distintas actividades, como la minería, industria, consumo humano e incluso la agricultura.

“Sabemos que en la zona existieron oficinas salitreras que utilizaban aguas subterráneas. Con el tiempo, esta información se perdió y ahora el objetivo es rescatar este conocimiento”, puntualizó.

El geólogo agrega que la segunda arista tiene un enfoque científico: estudiar cuánto ha variado el clima de la zona en los últimos 20 mil años. Saber cuándo se infiltraron las aguas presentes hoy en el subsuelo, y determinar cómo fueron recargadas, tomando en cuenta las escasas precipitaciones que se observan en el lugar.

RESULTADOS
A través del estudio de la edad del agua y de los depósitos de los sedimentos que dejaron los manantiales en el lugar, es posible afirmar que en algunos periodos el clima de ese territorio era mucho más húmedo, afirma el Dr. Herrera.

El trabajo, que lleva más de un año de desarrollo, también aporta conocimientos sobre el periodo de tiempo en que tuvieron lugar las últimas recargas en las napas precordilleranas, lo que habría ocurrido entre los 14 y 5 mil años antes del presente. “Estamos tratando de determinar la edad de estas aguas para saber cuándo ocurrieron estas precipitaciones, y así evaluar cómo ha evolucionado el clima en la zona”, señaló.

El cambio climático en el desierto de Atacama no es un fenómeno nuevo, ya que registros limnológicos, geológicos e hidrogeológicos muestran distintos ciclos más húmedos y más áridos en los últimos 14.000 años antes del presente. Así, es sabido que los efectos del cambio climático afectaron también a las poblaciones indígenas originarias que habitaron la región e influyeron en su desarrollo.

En este contexto, el proyecto también trabaja en colaboración con el arqueólogo Dr. Diego Salazar de la Universidad de Chile, quien investiga a través de un proyecto Fondecyt los efectos del cambio climático en las poblaciones indígenas que habitaron las costas del norte de Chile. En los periodos más húmedos, estos grupos alcanzaron un mayor desarrollo a lo largo de todo el borde costero, mientras que en periodos áridos estas poblaciones se redujeron y se concentraron principalmente en zonas donde contaban con fuentes de agua permanentes para su subsistencia, como es el caso del manantial de La Chimba.

RECARGA
Otro punto relevante que aporta la investigación, es indicar que en la actualidad existe una recarga en la parte de la alta de la Precordillera. Hasta la fecha se pensaba que solo había recarga en la altas cumbres de Los Andes, lugar donde se ubican los grandes volcanes.

“A partir de los manantiales más altos que hemos recorrido, hoy sabemos que existe agua que ha sido recargada en las últimas décadas. Es un sistema que está funcionando y está activo, como lo demostró la lluvia del 25 de marzo. En la precordillera también existe recarga”, puntualizó el Dr. Herrera.

MUESTREO Y ANÁLISIS
La etapa de recolección de muestras está en fase de desarrollo y deberá estar finalizada en agosto del presente año. Luego, estas aguas serán sometidas a diversos tipos de análisis: químicos, isotópicos y de clorofluorocarbono (CFCs). Además, se realizará un modelo matemático para determinar el flujo del sistema acuífero encontrado en la zona, el cual permitiría mejorar la gestión de los recursos hídricos.

“Es la primera vez que se hace este tipo de análisis en Chile, para evaluar  la edad de las aguas más jóvenes”, resalta el Dr. Herrera, quien enfatiza que en este trabajo están siendo utilizadas tecnologías de punta.

Para realizar esta tarea, los investigadores nacionales también cuentan con el apoyo de laboratorios ubicados en universidades y centros especializados de Nueva York, Utah y Arizona en los Estados Unidos.

Con los datos obtenidos hasta el momento se prepara una serie de artículos que serán enviados a revistas internacionales de corriente principal, como STOTEN y Hydrogeology Journal, entre otras, con el objetivo de permitir su difusión.

Estos conocimientos también han despertado el interés de la industria privada. Es así, como resalta la colaboración de las mineras El Peñón y Guanaco, las que han colaborado activamente en el proyecto, permitiendo el acceso de estudiantes memoristas e investigadores en sus instalaciones.

EQUIPO DE TRABAJO
El equipo de trabajo lo integran científicos de la UCN y de la Universidad de Cornell, Estados Unidos, así como colaboradores de los laboratorios de la Universidad de Arizona de esa nación norteamericana.

Entre los investigadores resaltan los profesores titulares del Programa de Doctorado en Ciencias mención Geología de la UCN, liderados por el Dr. Christian Herrera, además de los doctores Guillermo Chong, Hans Wilke y Rodrigo Riquelme. A este grupo se suman los doctores Pablo Salazar, Rodrigo González e Iván Salazar; y un equipo de cinco estudiantes de doctorado que trabajan en la iniciativa.

El proyecto también considera la colaboración de la Dra. Teresa Jordan de la Universidad de Cornell, Dr. Emilio Custodio de la Universidad Politécnica de Cataluña, y la Dra. Linda Godfrey de la Universidad de Rutgers de New York.

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