Director de Comunicaciones y académico de la Escuela de Psicología abordaron la delicada situación que vive el mundo debido a múltiples conflictos.
Con un análisis sobre los actuales conflictos armados que acontecen en el mundo, los padecimientos de los migrantes -con énfasis en la población colombiana-, la Universidad Católica del Norte (UCN) dio inicio a su XI Semana Teológica.
“La paz y la justicia se han dado cita”, es el nombre que convoca a estos conversatorios, cuyo primer tema abordado fue “La paz: el desafío global y local”, sobre lo que expusieron el director de Comunicaciones de la UCN, periodista Víctor Toloza; y el académico de la Escuela de Psicología, Gustavo Macaya.
En la ocasión, se hizo presente el Gran Canciller UCN, Arzobispo de Antofagasta Monseñor Ignacio Ducasse, quien entregó unas palabras de reflexión previo al inicio de las exposiciones. “Sin lugar a dudas como Iglesia tenemos un desafío cotidiano que es hallar respuestas a las necesidades de nuestra sociedad; en consecuencia nuestras prédicas no pueden estar disociadas de la ciudadanía, quienes exigen de nosotros no solo preocupación. Con esta Semana Teológica queremos ofrecer reflexiones bíblicas y extrabíblicas sobre la paz, y como Iglesia y UCN colaboraremos para trabajar por construir una paz duradera”.
CONFLICTOS INTERNACIONALES
Se calcula que en la actualidad hay a lo menos 35 conflictos internacionales que se están desarrollando, siendo el más mediático la guerra en Europa, el que inició con el ataque de Rusia a Ucrania a fines de febrero del presente año, y que hoy hace temer al resto de la comunidad internacional una escalada nuclear a raíz de dicho enfrentamiento.
Ante estos eventos, Víctor Toloza analizó los periodos de estabilidad de relativa paz en los continentes, siendo América y Europa de los más estables, pero a costo de grandes consecuencias. “Es llamativo que la mayoría de los himnos nacionales de los países latinoamericanos hacen apologías de la guerra, con excepción de Brasil. Entonces, vemos que como sociedad hemos validado algunos conflictos. Por ejemplo, cada país añora a sus próceres y procesos de independencia, los cuales significaron guerra, obviamente, para poder liberarse de los poderes monárquicos que en esos tiempos los controlaban”.
Asimismo, Toloza advirtió que también han habido escaladas en los conflictos dentro de los mismos estados, donde movimientos separatistas o identitarios han generado también destrucción dentro de sus mismas comunidades.
INMIGRACIÓN
El académico de la Escuela de Psicología de la UCN, Gustavo Macaya, quien por más de 10 años ha trabajado con grupos inmigrantes -especialmente venidos desde Colombia a Chile-, explicó el hecho que causó esta gran ola migratoria a inicios del siglo XXI. “Antes los colombianos en general preferían España como destino, pero a partir del año 2002 este país comenzó a exigir visado a los extranjeros, por lo cual el proceso se hizo más complicado y los colombianos cambiaron su curso de migración, llegando a Chile”.
Asimismo, explicó que entre el reporte del Censo 2017 y un informe del INE y del Departamento de Extranjería y Migración, determinaron que el 89,2% de la población colombiana residente en Chile, ingresó al país entre 2010 y 2019, mientras que el 6,19% lo hizo entre el año 2000 y el 2009, siendo las regiones con mayor presencia de inmigrantes colombianos la Metropolitana (57,71%) y de Antofagasta (17,78%).
Finalmente, Macaya dijo que muchos de estos migrantes lo hicieron por motivos de violencia interna, dado a que el crecimiento de pandillas y bandas de crimen organizado hacen como sus primeras víctimas a los mismos pobladores, quienes podrían ser acusados de estar “colaborando” con la banda adversaria.
Al ser este juicio arbitrario, muchos se han visto obligados a salir de su país para buscar seguridad en otro, pues el móvil principal no es la falta de alimentos, sino la nula seguridad y los altos niveles de violencia.
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