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Destacan la aplicación del concepto de vocación social en el quehacer del mundo católico

Fecha: 3 septiembre, 2012

Destacan la aplicación del concepto de vocación social en el quehacer del mundo católico

 

Congreso realizado en la UCN abordó el desarrollo y la desigualdad en nuestro país.

Tanto en su proyecto educativo como en su gestión institucional, la Universidad Católica del Norte (UCN) debe regirse por los principios de la vocación social. Así lo destacó el rector de esa casa de estudios superiores, Misael Camus Ibacache, resaltando las diferencias existentes entre este concepto y la responsabilidad social impulsada ampliamente en el mundo empresarial.
La autoridad hizo estas observaciones en el marco del 1er Congreso de Vocación Social “Desarrollo y Equilibrio Social”, organizado entre jueves y viernes por la Dirección General de Pastoral y Cultura Cristiana de dicho plantel. A lo largo de ambas jornadas fueron analizados los contrastes que afectan a nuestro país en cuanto a calidad de vida, uso de los espacios y desigualdad, entre otras materias.
El encuentro reunió en la UCN a destacados especialistas en urbanismo, ciencias sociales, economía y sociología, así como a numerosos participantes de diversas organizaciones de la comunidad antofagastina, académicos, estudiantes y autoridades como el arzobispo de Antofagasta, monseñor Pablo Lizama Riquelme; la alcaldesa Marcela Hernando; y el ex ministro de Transportes y Telecomunicaciones, además de ex presidente de los directorios de Televisión Nacional y Canal 13, René Cortázar.
En la ocasión, el rector Misael Camus describió la vocación social como una conversión del corazón y un llamado a cada cristiano a dejarse seducir por Dios y a discernir minuto a minuto la necesidad de darle un fundamento espiritual a todo lo que se hace.
Desde esa perspectiva, agregó, deben entenderse aspectos como las relaciones laborales y el mismo proceso educativo: “En la formación de los alumnos de la UCN los académicos deben dedicarse a ellos y no sólo quedarse en la evaluación de un conocimiento determinado, sino que también acompañarlos para que aprendan efectivamente”.
Las jornadas se transformaron en instancias para analizar una gran gama de aspectos que impiden el acceso de amplios segmentos de la población al bienestar y el progreso, pese al desarrollo económico que experimenta el país.
En este sentido, monseñor Pablo Lizama, arzobispo de Antofagasta y Gran Canciller de la UCN, manifestó que la institución buscó aportar una reflexión sobre el desarrollo y hacer una invitación a pensar en los más necesitados.
En tanto, el vicerrector académico del plantel, Fernando Vial Valdés, mencionó que el concepto de vocación social se comenzó a acuñar desde 2009, instalándose como un modelo único y distintivo.
Si bien el país presenta un crecimiento del PIB, indicó, hay sectores afectados por el hacinamiento y la pobreza. Agregó que aunque Chile se propone avanzar en el crecimiento, esto no es sinónimo de desarrollo y equilibrio.

DESIGUALDAD
La desigualdad es un problema que afecta a los habitantes de las distintas zonas del país, pero un estudio reveló que el 80% de la población de la Región Metropolitana tiene una baja calidad de vida.
La investigación, perteneciente a la Universidad Cardenal Raúl Silva Henríquez, fue presentada en el congreso por Ana María Álvarez, máster y doctora en urbanismo, y especialista en temas como la desigualdad socio espacial, ciudadanía territorial y modos de vida urbana.
El estudio, manifestó, pretende analizar cómo los jóvenes usan el espacio de la capital, entendiendo que la mayoría viene de comunas que presentan baja calidad de vida. También se busca determinar de qué manera el ingreso a la universidad modifica sus prácticas de uso y goce de los espacios.
En su intervención como parte de un foro panel, la alcaldesa Marcela Hernando se refirió a Antofagasta como una ciudad de tamaño intermedio que puede servir de “laboratorio” para la implementación de políticas públicas, debido a que espacialmente está aislada de otras ciudades. “Todo empieza y termina acá, en una ciudad con 33 kilómetros de largo y un promedio de 1,8 kilómetros de ancho”, enfatizó.
Entre las características especiales de la capital regional mencionó la existencia de sólo un centro cívico, en el cual desemboca el 80% de los viajes diarios de los antofagastinos.
Sin embargo, aspectos como el alto costo de los terrenos hacen que las viviendas sociales “sean aún más precarias” que en otros lugares, por lo que su tamaño “empuja” a las personas a la calle. Aquí hizo notar que la Ley de Urbanismo no asegura que los nuevos conjuntos habitacionales de este tipo sean entregados con el debido equipamiento, debiendo el municipio hacerse cargo de aspectos como infraestructura educacional y deportiva, espacios de recreación y áreas verdes, para lo cual existen limitaciones presupuestarias.

 

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