Imagen referencial de archivo (septiembre 2019)
Uno de los propósitos del “Diplomado en Gerontología: acompañando trayectorias de vida de las personas mayores” es cambiar la percepción que tienen los futuros profesionales de la salud sobre la vejez, para que puedan ver las oportunidades de potenciar otros aspectos en las vidas de quienes sean sujeto de su atención, y logren seleccionar estrategias que permitan contribuir a su desarrollo integral, en distintos contextos sociales, considerando para ello el enfoque de derechos.
Estudiantes de las carreras de Medicina, Enfermería, Kinesiología y Nutrición y Dietética de la Universidad Católica del Norte (UCN), sede Coquimbo, y un grupo de egresados de las mismas carreras quienes cursaron este año el Diplomado en Gerontología de la Facultad de Medicina, escucharon atentamente el testimonio de varias personas mayores que permanecen activas y participan en diferentes actividades como líderes de sus comunidades, de agrupaciones sociales o culturales, incluso en el contexto de la pandemia.
Dicho encuentro virtual se organizó para que los jóvenes pudieran conocer más de las experiencias de participación social, ocupación del tiempo libre y liderazgo en la tercera edad, factor que no representa una limitante para seguir siendo productivos, al buscar espacios de compartir con sus pares o de cultivar otras habilidades.
La académica Jacqueline Flores Águila, doctora en Enfermería y coordinadora del Diplomado, comentó que el conversatorio fue una actividad del tercer módulo del programa, dedicado a mostrar las instancias de participación social de las personas mayores y de cómo ocupan su tiempo libre.
“Nosotros somos más de potenciar el envejecimiento, y no de enfocarnos en las dificultades que implica la vejez”, dijo Flores, haciendo referencia al equipo multidisciplinario de especialistas que enseña en el diplomado.
Opción de estudio
Considerando que los estudiantes que están en el último año de sus carreras no han podido hacer prácticas presenciales porque la pandemia no lo ha permitido, se les ofreció la posibilidad de hacer los diplomados UCN del área de salud como alternativa.
Fueron 50 alumnos los que eligieron el de Gerontología, además de cinco profesionales de la salud egresados de esta casa de estudios.
La académica participante Mónica Scaramelli, señaló que varios estudiantes se habían integrado anteriormente a la iniciativa Universidad del Adulto Mayor (UAM UCN), y tenían claro que la intervención con este grupo etario era el fomento de su participación y autonomía.
Sin embargo, otros tenían una visión más clínica y un estereotipo del adulto mayor muy enfermo o con muchas necesidades, sobre todo relacionadas con consumo de fármacos o dependencia física.
“Con el transcurso del tiempo, los participantes se fueron enterando que había muchos programas y un montón de políticas públicas que iban orientadas al apoyo de las personas mayores. Entonces se dieron cuenta que no solo se trata de la estructura corporal, ya que la enfermedad también se instala en lo social, con el aislamiento, las carencias de tener a alguien al lado, o una red de apoyo. Así vimos como el interés fue creciendo en la medida que avanzamos con el diplomado”, precisó.
Una visión respaldada por el estudiante Cristóbal Parada, quien valoró las oportunidades del programa.
“Es una instancia demasiado enriquecedora, porque permite ver cómo cambian las perspectivas de vida de las personas mayores cuando deciden participar en actividades. Me interesó conocer cómo viven el liderazgo con respecto a otros grupos etarios, es decir, cuando comparten con personas más jóvenes”, apuntó.
Historias de vida
Convertirse en personas más sociales al mantener contacto con sus pares, poder practicar hobbies como el baile o las manualidades, y hasta encontrar el amor tras asistir a un club del adulto mayor, fueron algunas de las anécdotas que salieron a relucir en el encuentro virtual al que asistieron decenas de personas mayores, estudiantes del diplomado, funcionarios y académicos UCN.
El kinesiólogo y docente Alejandro Jorrat, fue el moderador de la actividad y formuló varias preguntas claves relacionadas con la importancia de la participación social, cómo han aprovechado su tiempo libre, si debido a la pandemia echan de menos sus actividades, y cuáles son las estrategias que han implementado para mantenerse ocupados.
En ese sentido, Silvia Poblete manifestó que al ser líder social, “tenemos una gran posibilidad de ser tomados en cuenta y que nuestra presencia resulte importante para los demás, especialmente si es que por diversas razones el adulto mayor vive solo”.
Por su parte Sonia Montero, quien se desempeñó como funcionaria pública, expresó que siendo líder en la comunidad “uno se entrega en cuerpo y alma, aprende a vivir de otra manera, y va teniendo dos beneficios: uno es aportar a los demás y lo otro es retroalimentarse uno mismo con las experiencias vividas por otras personas”.
Aprender de las experiencias
También hubo espacio para escuchar testimonios de quienes se encuentran en un momento de transición, ya que están ad portas de culminar con su vida laboral.
Es el caso de Yeny Sunkel, funcionaria del área administrativa en la UCN, quien compartió con los presentes que su fecha de retiro está prevista para el año 2023.
“Para mí es muy importante escuchar cuál ha sido la experiencia de otras personas, y me doy cuenta que uno en todas las etapas de la vida tiene la necesidad de pertenecer a un grupo. (…) Afortunadamente en la universidad contamos con un tipo de acompañamiento que nos prepara en esa transición y nos damos cuenta que la vida continúa y tal vez mejora, empieza una etapa que es para mirarnos a nosotros mismos”, dijo a modo de reflexión.
Por último Cecilia Rivas, funcionaria administrativa en el sector salud, confesó que se niega a jubilar porque todavía tiene mucho que entregar. “Tengo la vitalidad, el tiempo, no hay niños chicos en casa, entonces siento la libertad de seguir en mi trabajo”.
“(…) Creo que la pandemia nos ha dejado algunas cosas buenas como sentarse en la mesa y almorzar con la familia. Porque generalmente, cuando uno está trabajando es difícil hacer coincidir horarios, pero lo que más extraño en este tiempo es el contacto con la gente porque me gusta conversar con el público. Ahora leo, me gustan las plantas, hago manualidades, tejo, así que organizo mi tiempo y estoy bien”.
Texto e imagen: Johana Fernández
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