Francisca Torrealba Silva, Nutricionista del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina UCN
La temporada festiva, marcada por la Navidad y el Año Nuevo, nos invita a deleitarnos con irresistibles delicias culinarias. En medio de la alegría festiva, es esencial recordar que cuidar de nuestra salud no implica renunciar al placer de la comida. Adoptar una alimentación consciente y equilibrada se presenta como la clave para disfrutar de estas festividades sin los remordimientos típicos de los excesos alimentarios.
En lugar de sucumbir a la trampa de los excesos, abrazar el arte de la moderación se convierte en la mejor opción. Disfrutar de las delicias de fin de año no requiere privarse por completo, sino más bien reconocer el momento adecuado para decir “basta”. La alimentación consciente nos brinda la oportunidad de apreciar cada bocado, prestando atención a los sabores y texturas que hacen especial cada platillo y compartir un agradable momento en familia o con amigos.
La Navidad y el Año Nuevo no deben asociarse automáticamente con comidas copiosas y poco saludables. Podemos incorporar opciones más saludables sin sacrificar el sabor. Optar por carnes magras, como pavo o pescado, y aumentar el consumo de vegetales frescos en nuestras comidas festivas es una excelente manera de equilibrar la nutrición sin renunciar a la tradición, así como también preferir preparaciones cocidas y/o al horno por sobre las preparaciones fritas.
La planificación anticipada marca la diferencia entre una temporada festiva saludable y una llena de excesos. Preparar menús equilibrados con antelación, llenos de colores y sabores variados, y limitar la presencia de alimentos altos en calorías vacías son estrategias inteligentes para evitar las tentaciones alimentarias desmedidas.
En cuanto a las recomendaciones, es fundamental no saltarse comidas para evitar el “juntar hambre”, procurar alimentos altos en proteínas y con fibra en cada instancia para mantener la saciedad, mantenerse hidratado continuamente, sobre todo en climas cálidos, y preferir carnes magras como pavo, pollo o carnes rojas bajas en grasa. Estas prácticas adicionales fortalecen el enfoque consciente hacia la alimentación durante las festividades.
En resumen, la celebración de la Navidad y el Año Nuevo puede ser armoniosa con la salud. Adoptar una perspectiva consciente hacia la alimentación, disfrutar con moderación y equilibrar la actividad física con el bienestar mental son claves para aprovechar al máximo estas festividades sin comprometer nuestra salud. Haciendo elecciones informadas y planificando con anticipación, podemos crear recuerdos duraderos mientras cuidamos de nuestro cuerpo y mente. ¡Que esta temporada festiva sea una celebración saludable y llena de alegría!
No hay comentarios