Requisito primordial el amor que se debe tener por la educación, la vocación y motivación para ser un profesor, un agente de cambio.
Michael Ramos Villarroel egresó de la carrera de Pedagogía en Filosofía y Religión el 20 de diciembre del 2023. “Estuve literalmente dos horas desempleado”, es como Michel Ramos cuenta casi de manera anecdótica el día que obtuvo su grado académico y su primer empleo. Y es que esa mañana del 20 de diciembre de 2023, recibió una llamada desde la Escuela Salesiana San Ramón de La Serena para que se incorporara a su cuerpo académico.
Lo cierto es que no fue cosa de suerte, dado que, en palabras de Michael, el campo laboral de la carrera es bastante amplio, incluso cuando existe la incertidumbre por lo que se avecina, el futuro para un recién egresado de Pedagogía en Filosofía y Religión no es tan abismante como se puede llegar a imaginar “el año pasado necesitaban alrededor de 14 profesores y en esa generación salimos solo seis”.
Actualmente Michael disfruta el poder enseñar y desenvolverse en un armonioso ambiente laboral, donde se da la colaboración mutua entre profesores, al respecto señala “no vemos al otro como competencia, sino como un par, aunque tengamos visiones distintas”. Sin embargo, hoy queremos ir más atrás y conocer sobre su etapa estudiantil y su paso por la UCN Coquimbo.
En relación a lo que lo motivó estudiar Pedagogía en Filosofía y Religión, principalmente releva sus ganas por poder enseñar y su gran vocación por la educación, en este sentido cree que haber elegido a la Universidad Católica del Norte Sede Coquimbo como casa de estudios fue una buena decisión, ya que “aquí se tiene una base distinta a la de otras universidades, sobre todo en relación a los autores y las corrientes que exploramos, que hacen que la filosofía y religión puedan entenderse como algo complementario”.
DESAFÍOS LABORALES
Michael ingresó a la carrera en el año 2019, por lo que parte de su formación se dio en medio de las crisis generadas por el estallido social y la posterior pandemia. Sin embargo, afortunadamente esto no fue una limitante para que pudiera participar de actividades extracurriculares. “Estuve en círculos pedagógicos, charlas, conversatorios, talleres de especialización, incluso de cuentos y juegos para enseñar filosofía y religión. Participé en todo lo que pude y por supuesto considero que estas instancias aportaron en enriquecer mi formación profesional”, nos cuenta.
El egresado aclaró algunos prejuicios que se tienen hacia la carrera, “no los van a evangelizar. Tuve una compañera que literalmente era atea. Muchos piensan que le vamos a enseñar a los niños a “ser católicos”, pero realmente nuestra labor es hacer que entiendan la religión y desde la filosofía ayudamos a liberar el pensamiento, para que no tengan una mente cerrada. Además, con el cambio de la malla curricular, la filosofía y la religión complementan la moral con los valores”, afirma.
Como mensaje para quienes estén interesados en estudiar la carrera, Michael considera como requisito primordial el amor que se debe tener por la educación “debes tener vocación y motivación para ser un profesor, un agente de cambio. No deberías entrar a esta carrera si es que no te alcanzó para estudiar algo más”, recalca.
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