Con exposición y actividades de difusión, sede universitaria adhiere a conmemoración del Día Internacional de la Enfermera.
Hace un siglo murió Florence Nightingale, considerada por la sanidad mundial como la creadora del modelo actual de enfermería moderna. Y en pleno siglo XXI, sus postulados siguen vigentes, en cuanto buscan esencialmente apoyar a las personas – especialmente hospitalizadas – en situación de enfermedad.
El paso del tiempo y los cambios culturales y epidemiológicos, sin embargo, han variado este enfoque, haciéndolo menos biomédico y más integral, reflexiona Jacqueline Flores, jefe de carrera de Enfermería, perteneciente a la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte, en vísperas de la celebración del día de la especialidad. Y precisa que, actualmente, el quehacer de las y los profesionales del área se extiende cada vez más a instancias extrahospitalarias, otorgando una creciente importancia a la salud familiar y comunitaria.
Entre las actividades organizadas en la UCN para conmemorar mañana esta celebración se cuenta una exposición de paneles sobre el rol de la enfermera en salud familiar y comunitaria, difusión a través de la prensa local y participación en el acto oficial que se desarrollará a las 11:30 horas en la Intendencia.
Involucrando a la familia
La enfermería familiar y comunitaria, explica Jacqueline Flores, se enmarca en el concepto de salud pública y busca aumentar, a través de un esfuerzo multidisciplinario, el nivel de salud de la comunidad mediante la participación activa de ésta última.
De esa manera, la enfermería comunitaria centra su interés en que el individuo, la familia y la comunidad, sana o enferma, se hagan cargo de su autocuidado, básicamente previniendo y promoviendo hábitos saludables.
El profesional de enfermería familiar y comunitaria, recalca la jefa de carrera de la UCN, “debe estar capacitado para dar respuesta de manera oportuna con eficiencia y eficacia a las necesidades de salud detectadas en los usuarios sanos o enfermos, mediante la entrega de una asistencia integral, fortaleciendo el desarrollo del proceso de salud-enfermedad a través del fomento del autocuidado y correcta coordinación del equipo de salud. Por ello, durante la práctica profesional se podrán desempeñar los roles de gestor de la calidad, líder del desarrollo de procesos, y capacitador y facilitador de la atención entregada a la población”.
Además de lo anterior, agrega Flores, es necesario que el profesional de enfermería familiar y comunitaria posea habilidades a nivel personal: respeto, empatía, responsabilidad, e interés genuino que permitan la llegada y aceptación de la población. “Todo esto con el fin de alcanzar la satisfacción de las necesidades de los usuarios a través de su ciclo vital”.
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