Talleres se desarrollan en Coquimbo y forman parte de un proyecto adjudicado por CORFO INNOVA.
Tradicionalmente, las universidades han estado centradas en la búsqueda de la verdad y la creación de conocimiento per se, con un concepto de bien público de la investigación y desarrollo. Una política de propiedad intelectual aparece en ese contexto como un elemento secundario.
Sin embargo – y éste es uno de los conceptos que están promoviendo los expertos de la consultora NEOS en sus reuniones con académicos de la UCN – la política de propiedad intelectual puede actuar como un potente incentivo para la creatividad, el quehacer científico y el progreso tecnológico.
En ese modelo, la política de propiedad intelectual se transforma en una herramienta para constituirse en agente de transferencia de conocimiento a la sociedad, con un fuerte énfasis en la aplicación práctica del saber.
Ese es el gran objetivo que busca el proyecto “Fortalecimiento Oficina de Transferencia y Licenciamiento UCN”, adjudicado por InnovaChile de CORFO, y que se está ejecutando en las sedes de Coquimbo y Antofagasta de esa casa de estudios superiores. En el marco del mismo, esta semana se están efectuando una serie de talleres dedicados a “Levantamiento de Información y Sensibilización de la Política de Propiedad Intelectual de la UCN” y “Vigilancia Tecnológica y de Valorización de Tecnologías”, ambos dictados por los expertos de NEOS Rodrigo Robles y Brian Dunford.
A la cabeza de la iniciativa está Rodrigo Sfeir, Doctor en Integración y Desarrollo Económico, que señala que, en términos generales, hay investigadores de la UCN que están muy comprometidos con este proceso “y entienden la importancia de proteger los resultados de sus investigaciones cuando son susceptibles de comercializar”.
El académico, que además está a cargo de la Secretaría de Investigación de Sede, reconoce que la falta de una política adecuada en este ámbito dificulta también los procesos de comercialización y licenciamiento de las patentes. “Necesitamos reglas del juego claras, que sirvan como un incentivo y además que nos permitan discriminar de manera temprana dónde vamos a hacer los esfuerzos por patentar, porque nos podemos entusiasmar y querer patentar todo. Sabemos que hay un costo y tiempo asociados, y si no hay en realidad posibilidad de comercializar estas patentes vale mucho más la pena hacer públicos inmediatamente los resultados obtenidos en lugar de protegerlos”, subraya Sfeir.
En este mismo contexto, adelanta que, fruto del trabajo colaborativo con la comunidad universitaria, esperan contar en un par de meses con una política consensuada a nivel de académicos, propuesta que luego debe ser evaluada y sancionada por el Honorable Consejo Superior de la UCN.
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