Por Muriel Ramírez Santana
Académica de la Facultad de Medicina.
Universidad Católica del Norte. mramirezs@ucn.cl
No hay evidencias publicadas en la literatura científica del área de salud que demuestren una relación entre dureza de aguas y daños renales, requiriéndose para ello desarrollar estudios epidemiológicos adicionales y de alta calidad. Sin embargo se ha descrito en la literatura internacional, la relación entre agua dura y afecciones a la piel.
En Chile, el concepto de agua potable está determinado por el cumplimiento de los requisitos físicos, químicos, bacteriológicos, organolépticos y radioactivos prescritos en la Norma NCh 409/2005, que aseguran que sea apta para el consumo humano y no ponga en riesgo la salud de la población. El Reglamento de los Servicios del Agua Destinados al Consumo Humano regula los requisitos de calidad y cantidad que deben cumplir los servicios de agua potable. El texto establecen en su artículo Nº 8 los límites de concentración máximos de los elementos esenciales, elementos no esenciales, sustancias orgánicas, plaguicidas, productos secundarios de la desinfección, elementos radioactivos y parámetros organolépticos.
De acuerdo a esa normativa, los límites máximos permitidos para los elementos esenciales son 2,0 en el caso del cobre; 0.05 cromo total; 1,5 fluoruro; 0.3 hierro; 0,1 manganeso; 125,0 magnesio; 0.01 selenio; y 3,0 zinc.
La empresa sanitaria lleva a cabo una permanente monitorización, a través de autocontroles realizados por 62 laboratorios acreditados a lo largo de Chile, cuyos resultados son remitidos mensualmente a la Superintendencia de Servicios Sanitarios.
Al hablar de dureza del agua, se entiende que es la suma de los cationes metálicos divalentes, principalmente calcio y magnesio, los que reaccionan con el jabón para formar precipitados y con otros iones presentes en el agua, dando lugar a incrustaciones. Los iones que provocan la dureza tienen su origen en el suelo y las formaciones geológicas. La dureza en el agua para consumo humano se determina mediante la concentración en mg/l o meq/l de carbonato de calcio. El reglamento chileno regula la presencia máxima de magnesio, pero no de calcio, que es el principal elemento utilizado como floculante (aglutinante de sólidos en suspensión), provocando la precipitación de impurezas.
La dureza del agua para consumo humano es tema de constante preocupación en las personas, debido a los potenciales efectos en la salud. Varios estudios epidemiológicos se han referido a la relación inversa entre la dureza del agua y las enfermedades cardiovasculares, es decir, que ejercería un factor protector para el Infarto de miocardio, lo que se atribuye a que el calcio y el magnesio determinan la dureza del agua. Sin embargo, también hay investigaciones que no han encontrado esa relación.
Hasta el momento, no hay evidencias publicadas en la literatura científica del área de salud que demuestren una relación entre dureza de aguas y daños renales; requiriéndose para ello desarrollar estudios epidemiológicos adicionales y de alta calidad. Sin embargo, se ha descrito en la literatura internacional, la relación entre agua dura y afecciones a la piel. Un estudio en niños entre 6 y 12 años provenientes de 1.030 escuelas públicas de educación básica en Japón, buscó la presencia de dermatitis atópica y sibilancia bronquial. Se encontró una prevalencia de 22,9% de dermatitis atópica en los niños expuestos al consumo de agua dura, siendo la prevalencia cruda 1,5% más alta que en los municipios que distribuían agua potable agua blanda. Para ver si el agua clorada podría afectar también a los menores, se hizo la misma relación de estas variables, pero no existió relación significativa.
En caso de que la población prefiera disminuir la presencia de dureza (calcio) en el agua de consumo, puede recomendarse que ésta sea hervida y se deje reposar varias horas antes de beberla, de modo que las partículas de calcio precipiten, eliminando el “concho” que queda en el fondo del envase.
Entretanto, y dado que no hay suficientes estudios que demuestren que la dureza provoca serios daños a la salud, no es posible plantear una regulación o legislación más estricta de lo que ya existe hoy.
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