Con este lema el primero de enero del 2024 se realizó la 57ª Jornada Mundial para la Paz, iniciativa convocada por la Iglesia Católica, y que busca poner en el centro de la discusión social, el tema de la paz, tan importante y necesaria por estos tiempos.
La Inteligencia Artificial (IA), fue sin duda el tema del año 2023, se instaló con mucha fuerza con las irrupciones de los Chat GPT que son una de sus expresiones más populares y concretas, pero que en ningún caso se agotan en ellos, porque los algoritmos que son su componente operativo que funcionan en entramados sistemas a partir de la información que proporcionamos por medio de nuestros aparatos tecnológicos y el uso de la virtualidad, permite que ellos puedan por una parte predecir, reorientar y automatizar nuestras conductas, haciendo de las nuevas tecnologías una necesidad de primer orden.
Sin duda el avance tecnológico alcanzado hasta el día de hoy no dejan de sorprender, y de mostrar la grandeza de las capacidades humanas, refleja a su vez, las necesidades que se tiene de comprender y trascender que tiene el ser humano. También por supuesto hay manipulación económica e ideológica en torno a este desarrollo científico tecnológico. Aun así, este avance que muestra una dimensión de la humanidad se contrapone con las condiciones de pobreza y miseria que vive una gran mayoría de la población del mundo, complementando así la paradoja que es el ser humano, grandeza y debilidad, riqueza y pobreza y así se podría seguir enumerando.
En torno a esta Jornada Mundial, el Papa Francisco escribió un breve documento, el que señala que la IA, es una realidad que trae desafíos éticos, educativos, laborales, en el derecho internacional, en la carrera armamentística o en el campo de la política. Por ello, espera “que el rápido desarrollo de formas de inteligencia artificial no aumente las ya numerosas desigualdades e injusticias presentes en el mundo, sino que ayude a poner fin a las guerras y los conflictos, y a aliviar tantas formas de sufrimiento que afectan a la familia humana”. Las nuevas tecnologías, no sólo se tienen que comprender y valorar desde la perspectiva del beneficio personal, sino social y estructural, ese es el nuevo desafío para la paz social, ella nos desafía a ser más humanos e inteligentes para su buen uso.
Alejandro Cerda Sanhueza
Académico Depto. de Teología
Universidad Católica del Norte
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