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33 adultos mayores aprendieron a implementar huertos urbanos

Fecha: 12 julio, 2017

33 adultos mayores aprendieron a implementar huertos urbanos

Fueron capacitados en Antofagasta por el Centro de Investigación Tecnológica del Agua en el Desierto.

Nunca es tarde para aprender. Esa fue una de las premisas con la que 33 adultos mayores de las dos casas comunales de Antofagasta iniciaron su participación en los talleres de huertos urbanos que dictó el Centro de Investigación Tecnológica del Agua en el Desierto (Ceitsaza) de nuestra Universidad, mediante un convenio con la Municipalidad.

La agricultura urbana se encuentra enfocada hacia la obtención a pequeña escala de productos agroalimentarios para el autoconsumo familiar. Es una actividad en auge en todo el planeta, con una estimación de 800 millones de agricultores urbanos y una producción agrícola que supone el 15% de la producción total de alimentos.

Los talleres, impartidos por la ingeniera agrónoma del Ceitsaza, Natalia Gutiérrez, constaron de tres partes, la primera de las cuales consistió en enseñarles a los adultos mayores cómo nació este movimiento a nivel mundial y cómo este se ha ido adaptando y ganando espacios en las comunidades. Además, se les enseñó cómo hacer almácigos y cuáles eran los cuidados que debían tener los cultivos.

La segunda etapa consistió en realizar el trasplante de los almácigos a un lugar definitivo, dependiendo de la especie que plantaron; y la tercera fue ver en las condiciones que estaban creciendo los huertos y revisar experiencias nacionales e internacionales en esta temática.

Fue así como 33 adultos mayores de las casas comunales de la Municipalidad de Antofagasta recibieron su certificación mediante la Modalidad OCAT, iso 9001 entregado por la Universidad Católica del Norte por haber asistido a los tres módulos de los talleres.

EXPERIENCIAS
Elena Morgado, una de las beneficiadas con la iniciativa, comentó que “estamos muy contentas con la actividad, aprendimos mucho y quiero seguir aprendiendo. En mi casa tengo mi propio huerto a raíz de este taller y me gusta la idea de saber qué es lo que estoy comiendo”.

Lucinda Ulloa, otra participante del taller, señaló que “uno tiene hartos problemas personales, y este tipo de actividades nos sirven para poder sobrellevar algunas cosas. Yo de la casa comunal me fui con una plantita muy pequeña, y ahora en mi casa está sobresaliendo del lugar donde la dejé, eso significa que las cosas se pueden lograr con cariño y aprendizaje”.

Natalia Gutiérrez señaló que “la experiencia con los adultos mayores nos deja muy contentos, ya que sentimos que aportamos un grano de arena en la motivación de ellos para comenzar con los huertos urbanos en sus casas o en las mismas casas del adulto mayor. Todo el tiempo se mostraron muy interesados y eso se vio reflejado en las distintas hortalizas que lograron cultivar, como acelgas, lechugas y algunas especies florales. Ellos, agregó, lograron conocer conceptos básicos de los huertos urbanos, sus ventajas, y experiencias nacionales e internacionales, donde aprendieron también a valorar su espacio y mejorar su calidad de vida a través de los huertos.

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