Represa ubicada en Salamanca es la primera de Chile en someterse a sistema de evaluación de impacto ambiental.
La construcción de una línea base que permitirá en 15 ó 20 años más observar la dinámica del embalse Corrales, basada en un registro con un diseño experimental, representa el aporte más relevante del monitoreo biológico que está realizando desde el 2002 y a solicitud de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), un equipo de expertos de la Universidad Católica del Norte.
Así lo dio a conocer el director del estudio, Ernesto Cortés, durante el reciente taller efectuado en la UCN, actividad que contó con la asistencia de representantes de las Seremias de Obras Públicas y de Medioambiente, Servicio de Evaluación Ambiental, Municipalidad de Salamanca, Dirección de Aguas de Illapel, Junta de Vigilancia de Río Choapa y Minera Los Pelambres, entre otros actores.
“Cabe señalar que, antes de este monitoreo, no había una línea base suficientemente detallada como para comparar el antes y después los resultados obtenidos; a esto se suma que el sistema es joven. Entonces, el gran aporte realizado por la UCN a través de este programa es construir una línea base que permitirá en 15 ó 20 años más observar la dinámica del embalse, basada en un registro con un diseño experimental”, destaca Cortés. Y agrega que otra gran contribución de los cambios introducidos en los últimos años en el monitoreo “fue el diseño experimental del muestreo de la metodología y de la analítica que permite sacar conclusiones con un soporte científico”.
Traspaso a Asociación de Regantes
El embalse Corrales, ubicado en Salamanca, Provincia de Choapa, es el primero de Chile que se somete al sistema de evaluación de impacto ambiental, por tanto cuando esta decisión fue aprobada por la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) se estableció hacer este monitoreo biológico, entre otros análisis, explica Ernesto Cortés.
Actualmente, la administración del embalse está a cargo de la Dirección de Obras Hidráulicas, que tuvo que cumplir con todos los compromisos asignados por la RCA, que estableció la necesidad de hacer este seguimiento de la calidad del agua y ecosistema desde el 2002 a la fecha. A fines del 2011, la presa será traspasado a la Asociación de Regantes del Choapa, “por tanto era fundamental saber en que condiciones será entregado a los nuevos administradores”, subraya el académico de la Escuela de Prevención de Riesgos y Medioambiente de la UCN.
Atendiendo las exigencias de la RCA, Ernesto Cortés expresa que “básicamente en lo biológico era cumplir con el efecto barrera del tranque, que es colocar una barrera física en la cuenca para monitorear el ecosistema como la flora y fauna acuática, y las aguas de los afluentes, del embalse y efluente, lo que permite entender el sistema del embalse, lo que beneficia a toda la Cuenca del Choapa”.
Diversificar usos
Osvaldo Miranda, colaborador de proyectos de la Escuela de Prevención de Riesgos y Medioambiente de la UCN, precisa que la entrega de los resultados del programa de monitoreo realizado durante estos diez años a las entidades responsables de la administración del Embalse Corrales y sus afluentes, ha procurado que ellas dispongan de la información necesaria para realizar una adecuada gestión y tomar buenas decisiones con respecto al uso del recurso hídrico de la zona.
“El embalse se diseñó primordialmente para la retención de agua de riego, pero quizás se está subutilizando el recurso”, dice Miranda, y acota que “con este estudio de investigación aplicada es posible determinar el destino de otros usos, por ejemplo, recreacional, turístico, o cultivos de especies, ya sean en tierra o en el mismo embalse, entre otros”.
El Embalse Corrales ” está localizado en la Región de Coquimbo, Provincia de Choapa, comuna de Salamanca, en torno a los 31º30’ y 32º de latitud Sur y los 70º40’ y 71º30’ de longitud Oeste, en la zona superior del cauce del estero Camisas, en su confluencia con el estero El Durazno. Con una capacidad de cincuenta millones de metros cúbicos de capacidad y 270 hectáreas de superficie, busca incrementar en un 35% la actual seguridad de riego para una superficie de 10.872 ha de terrenos agrícolas insertos en la cuenca del río Choapa.
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