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Investigadores trabajan en formulado orgánico para mejorar retención hídrica

Fecha: 6 noviembre, 2014

Investigadores trabajan en formulado orgánico para mejorar retención hídrica

Proyecto FIC-R ayudaría a enfrentar los efectos de la sequía, usando recursos algales que actualmente son desechados.

Utilizar algas marinas como abono para suelos ha sido por años una práctica más o menos habitual en sectores cercano a la costa. Lo novedoso es generar a partir de ellas, y además utilizando recursos de desecho, un formulado que permita una mayor retención de agua en superficies cultivables. Este es precisamente el objetivo que se ha propuesto un grupo de investigadores de la Universidad Católica del Norte, en el marco de un proyecto adjudicado por el Gobierno Regional de Coquimbo a través del Fondo de Innovación para la Competitividad.

La iniciativa se titula “Biotecnología algal: desarrollo de un producto a base de desechos algales como una estrategia hídrica para la agricultura sustentable en la región de Coquimbo”, y fue presentada hoy (6) a la comunidad, en el marco de una ceremonia que congregó en el Campus Guayacán de la UCN a investigadores, empresarios y representantes del sector público.

En la oportunidad, la académica del Departamento de Biología Marina y directora del proyecto. Dra. Paola Chandía, señaló que la propuesta surgió como respuesta a la inquietud por contribuir desde la ciencia al manejo del recurso hídrico en la región de Coquimbo, afectada desde hace años por una persistente sequía que ha causado estragos en la agricultura. Al respecto, recordó que el déficit de agua supera el 80%, los embalses solo contienen un 10% de su capacidad y el nivel de los ríos ha alcanzado mínimos históricos. Por otra parte, la zona presenta 35 mil hectáreas de suelos cultivables, dedicados tradicionalmente a uva, paltos, críticos, papas y almendros, entre otros, en un escenario de escasez hídrica y al mismo tiempo alta demanda del recurso desde el sector minero y la creciente población.

La solución a la que están apostando, explicó la Dra. Chandía, se enfoca en cambiar la estructura del suelo agregando materia orgánica que mejore la retención de agua, gracias a un producto altamente caracterizado, desarrollando para ello un formulado algal a base de residuos de la industria de algas pardas (que representan un 10% del volumen total, vale decir entre 15 y 30 toneladas anuales); y de las proliferaciones algales que cada verano pueblan – para malestar de los vecinos y turistas – algunas playas como la de La Herradura, con el consiguiente costo de limpieza y transporte a vertederos para el municipio local.

El trabajo ya cuenta con tres meses de avance – de un total de 20 – tiempo que ha permitido no solo generar un catastro de bahías afectadas por proliferaciones, sino también obtener “varios compuestos estables bastante biocompatibles, que nos van a permitir hacer las primeras pruebas a nivel de invernadero en hortalizas”, adelantó la investigadora. Respecto al traspaso de este adelanto a la agricultura local, advirtió que parte del objetivo del proyecto de innovación es llegar a un producto real, un formulado en un sachet en polvo. Su utilización por parte de los agricultores se verá facilitado por una labor conjunta entre la UCN y las empresas asociadas. La transferencia tecnológica, agregó, comenzará con paltos, cítricos, uva de mesa y hortalizas como lechuga y tomate.

Agricultura orgánica
En opinión del Vicerrector de Sede de la UCN, Jaime Meruane, el proyecto representa un importante hito en las prioridades de investigación de esa casa de estudios. “El que hoy nos encontremos reunidos es un claro ejemplo de cómo ponemos al servicio de otros nuestros conocimientos”, manifestó. En esta misma línea, valoró que este esfuerzo científico-tecnológico no solo apunte a agregar valor a un recurso de importancia comercial y ecológica, sino que además tienda a promover la agricultura orgánica, lo que también aporta valor económico y comercial a este sector productivo.
Malos olores
Para Rubí Martinez, coordinadora para la comuna de Coquimbo del Sistema de Certificación Ambiental Municipal impulsado por el Ministerio del Medio Ambiente, este proyecto representa un gran aporte a dicha labor. Al respecto, precisó que el trabajo ya se está desarrollando “en nivel de excelencia, lo que significa que estamos ejecutando programas y proyectos para abordar los principales problemas ambientales de la comuna”. Entre éstos, añadió, destaca la contaminación por malos olores que produce la varazón de algas en el borde costero especialmente en la temporada estival, “eso se traduce en reiterados llamados telefónicos por la comunidad, para denunciar esta situación, principalmente en el sector de La Herradura”. Así, el proyecto contribuirá al mejoramiento ambiental y también dará un importante uso a un recurso que hasta ahora iba a parar al relleno sanitario.
Foto grupal: Alfonso Silva, Decano de Ciencias del Mar; Paola Chandía, directora del proyecto; Jaime Meruane, Vicerrector de Sede; Wanda García, representante del Gobierno Regional de Coquimbo; Javier Sellanes, Secretario de Investigación de la Facultad de Ciencias del Mar.

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