La Dra. Erika Fonck O’Brien y la académica Anna Vandini Santunioni, fueron homenajeadas con esta decisión.
El reconocimiento honra la labor que desarrollaron durante su trayectoria profesional en la Universidad Católica del Norte, así lo explicó la Vicerrectora de Sede Coquimbo, Doctora Elvira Badilla Poblete, “esta iniciativa nace de un acuerdo del Consejo de Sede y marca un importante hito en nuestra historia institucional, porque es nuestra comunidad quien elige estos nombres, valorando el trabajo desarrollado por estas dos grandes mujeres que en su época se abrieron camino en la ciencia, investigación y docencia, dejando su legado personal y profesional en muchas generaciones de estudiantes, y entre quienes hemos sido sus compañeros y compañeras de trabajo”.
Para elegir estos nombres, cada unidad académica y de apoyo a la academia, presentó su propuesta que debía cumplir con los criterios de selección: trayectoria, relación con la institución, convivencia e interacción, vinculación con el medio y reconocimientos públicos.
PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA UCN
Dra. Erika Fonck O’Brien
Designa la calle costera que se inicia desde la entrada del Campus Guayacán, hasta la Facultad de Ciencias del Mar.
La Dra. Fonck, con una trayectoria de 36 años de una notable labor docente y de investigación en el área de algas del Departamento de Biología Marina de la UCN, iniciada el 1975, se desempeñó los primeros diez años como investigadora en el Centro de Investigaciones Submarinas (CIS) de la entonces Universidad del Norte, para luego integrarse al equipo científico del Laboratorio de Botánica Marina. Desde 2005 hasta su retiro el año 2011, la académica fue elegida, por tres períodos sucesivos, como directora del Departamento de Biología Marina. Asimismo, participó en más de 30 proyectos de investigación y diversas publicaciones. En el área de la docencia se centró en los cursos de botánica, además de dirigir numerosas tesis de pre y postgrado.
Al recibir la noticia, la Dra. Erika Fonck O’Brien expresó su emoción y agradecimiento. “Me siento muy homenajeada, feliz y agradecida. Esta calle tiene muchos recuerdos para nosotros en Ciencias del Mar, era la calle donde bajábamos en un principio en carretón, vestidos de buzos para poder llegar al muelle, era de tierra, tenía hoyos incluso. En ese tiempo no había alumnos, estaba el Centro de Investigaciones Marinas, incluso se instalaba acá en el campus un Circo a fin de año para los funcionarios, era prácticamente la única entrada que teníamos. Imaginen todos los recuerdos que tenemos, después de trabajar 30 años ahí. Hoy la calle está pavimentada, hay un progreso tremendo en la Sede que da mucho gusto observar y ver cómo ha ido transformándose”.
Agrega, “me siento muy agradecida de toda la gente que todavía me recuerda, esto me emociona mucho. Formamos tantas generaciones, tantos chiquillos que tenían quizás pocas posibilidades de insertarse en otra carrera, o en otra parte y que llegó a la universidad con entusiasmo porque conocían algo del mar, y que se desempeñaron o se están desempeñando ahora en locaciones de excelencia. Algunos que terminaron hablando distintos idiomas, a muchos que se les ayudó, los abrazos para consolarlos cuando lo necesitaron, tantas vivencias”.
Anna Vandini Santunioni
El nombre de la académica designa la calle que nace desde la bifurcación con la primera calle principal, hasta el Salón Auditorio.
Vandini, ingresó a la Universidad Católica del Norte el año 1976, donde se ha destacado por su docencia. Fue pionera en la preocupación por el medio ambiente y el cuidado y respeto por los animales. Se ha desempeñado en cargos relevantes al interior del Departamento de Teología, asumiendo la jefatura de carrera, la coordinación de programas y de diplomados. La académica ha centrado sus investigaciones en temas de pueblos originarios, mujer, e historia del pueblo de Israel.
Asimismo, Anna Vandini Santunioni, expresó, “en primer lugar estoy muy agradecida que la universidad me haga un reconocimiento tan importante, creo que hay muchas personas que podrían merecer y recibir este privilegio, pero como recayó en mí les agradezco mucho”.
Relató además que, “he pasado nada menos que 50 años trabajando en la Universidad y para mí ha sido como una segunda casa. Estamos preparando la historia del Departamento de Teología, que precisamente el próximo año cumplirá 50 años; llegué cuando se inició, cuando estábamos en calle Miraflores donde hoy está el CEDUC, de manera que para mí la Universidad es una parte muy importante de mi vida, donde me he desarrollado como profesional y he conocido a personas que han sido muy valiosas para mi vida. Sólo les puedo decir que estoy feliz, gracias a toda la comunidad que me dio este privilegio”.
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